La primera. Algunos institutos de la democracia han entrado en crisis; otros, como los Tribunales Constitucional y Supremo, han entrado ya en crisis definitiva, debido a la formas política y corporativa de la composición de sus miembros. Los casos del Estatut de Catalunya y Garzón lo demuestran con rotunda claridad. En la medida que la opinión pública muestre su radical disconformidad –y lo argumente con punto de vista fundamentado-- con la manera de acceder a tales institutos muy posiblemente podrán cambiar las cosas. Quiero decir, en la medida en que se amplíe esa disconformidad de amplios sectores de la sociedad civil. Lo que hay, con ser importante, no basta.
La segunda. Como hemos ido informando en días anteriores, un amplio grupo de personalidades convocan al importante acto que mañana se celebrará en el Paraninfo de la Universidad de Barcelona en apoyo del Juez Baltasar Garzón. Será a las 13 horas. Ver: http://nosquedalapalabra.org/unClamDeJusticia.htm
Dos cosas me parecen de gran interés. En primer lugar, el prestigio internacional de algunos de ellos. Son los casos de José Saramago, Ferran Adrià y Federico Mayor Zaragoza, por ejemplo. Y algo de mayor importancia todavía: gentes de enorme relieve de Catalunya y pasado el río Ebro que, desde hace mucho tiempo, no iban de bracete, separados tal vez por ilustres campanarios; son los casos de Pasqual Maragall, Lluís Llach, Joan Margarit, Salvador Giner (de esta orilla del río) y José Luís Sampedro, Juan José Tamayo, Enrique Morente, y Antonio Baylos, entre otros. Que dure ese reencuentro democrático.