Informa Público que los presidentes de la CEOE y de Cepyme, Gerardo Díaz Ferrán y Jesús Bárcenas se mostraron ayer satisfechos tras su reunión con el presidente del Gobierno, en la que les trasladó de primera mano el plan de ajuste anunciado el miércoles. Cómo no iban a estarlo si finalmente ZP ha entrado (de la mano de Obama, que también hoy expresa su satisfacción por la "audacia" de Rodríguez Zapatero) en la vereda neoliberal. El suicidio político del Presidente de Gobierno no sólo significa desenmascarar la función real de la socialdemocracia (tan parecida a la de palanganero de burdel) sino dar a conocer las reglas de un juego impuesto por los grandes capitales: No se trata tanto de salir de la crisis (con estas medidas no se sale) sino de acabar con el Estado del Bienestar y una posible esperanza de gestión de la crisis no excesivamente lesiva para los más débiles.
Han declarado la guerra sin cuartel y al enemigo (su enemigo, porque ellos si tienen bien clara la lucha de clases) han decidido no darle ni agua. El escenario es de encarnizamiento, y así lo ha dejado bien claro un empresario que en un país más serio estaría camino de la cárcel. Pero aquí se sienta con el Presidente de Gobierno y con toda desfachatez, "considera necesario reducir aún más la Ayuda Oficial al Desarrollo, de la que creen que se podrían recortar 2.500 millones de euros y disminuir o directamente eliminar las subvenciones a algunos servicios públicos, además de externalizar la gestión de otros. Y ya puestos a pedir, en un descaro que da náusea, "Bárcenas y Díaz Ferrán consideran necesario además abordar una reforma sanitaria y privatizar las televisiones públicas autonómicas. Pero... ¡para qué quieren tanto pastel, si empresarios como Díaz Ferrán sólo saben llevar sus empresas a la quiebra!
Pero el presidente de la CEOE anda crecido y se permite considerar que el país no está para ninguna huelga, y que las Comunidades autónomas y ayuntamientos deben seguir el ejemplo del Gobierno y apretarse el cinturón, eliminando todas las empresas públicas... o privatizando, naturalmente, las rentables... En el colmo de la caradura, Díaz Ferran nos previene que el país no está para huelgas, que están dispuestos a llegar a un acuerdo en el Diálogo Social antes de que acabe mayo, y que tampoco va a dimitir "aunque dos o tres personas estén preocupadas por si podría perjudicar la imagen de la CEOE". "Yo desde luego no voy a dimitir", concluyó.
Pues claro que no. ¡Cómo va a dimitir si ahora el estilo fraudulento, prepotente y defraudador de Díaz Ferran se ha impuesto a todo el país, y cuenta además con el beneplácito de Obama que considera divinamente "osado" este modo de proceder!
Lo que les decía: hipocresía y prepotencia hasta la náusea.