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José Luis López Bulla LA NUEVA CLASE DE LOS ESPECULADORES. Polémica con Joan Manau
José Luis López Bulla

[Carles Navales departiendo con un lector de La factoría]

Joan Manau Valor,Secretario de Organización de la Federación Vallès Occidental Sur del PSC (Partit dels Socialistes de Catalunya), ha escrito un importante y sugerente artículo en La factoría: ¿Qué hacer?: Análisis y respuestas desde el socialismo democrático. Comoquiera que lo manifestado por el dirigente socialista tiene su interés, me propongo comentar lo que parece ser la propuesta estrella de sus reflexiones; en aras a no ser excesivamente largo, hago abstracción de lo que podríamos denominar las premisas que le llevan a dicha propuesta. Me permito citarla a pesar de su extensión para mayor comodidad en la lectura.
Joan Manau manifiesta: "La primera nueva y gran alianza tiene que ser entre trabajadores y empresarios, una alianza contra la nueva clase de financieros especuladores. Hoy por hoy es absolutamente necesaria esta alianza en el ámbito de todos los actores de la empresa productiva, de empresarios y trabajadores, frente a los especuladores financieros. Los convenios colectivos ya no han de ser una lucha entre empresarios y plantillas sino una alianza mutua. Deben ser un pacto en el interés común para salvar el barco en el que viajan ambos sectores. En el mundo de la empresa existe un reparto de funciones. Por un lado, el empresario invierte, se juega su patrimonio y dirige la empresa buscando mercados para sus productos. Por el otro lado, los trabajadores elaboran la producción y siguen las directrices del empresario. Cada uno tiene su responsabilidad, pero todos tienen un interés común: la buena marcha de la empresa. En el contexto actual, los empresarios del tejido productivo son tan víctimas como los trabajadores de la independencia y globalización del sistema financiero respecto a la economía productiva. Los desmanes y el descontrol de las operaciones financieras internacionales acaban repercutiendo en la buena marcha de la economía productiva. Y no es difícil imaginar las sonrisas de las grandes corporaciones financieras cuando ven como empresarios y trabajadores se entretienen en una lucha sectorial y de corto alcance, en una negociación de convenio colectivo, para arrancar unas décimas de más o de menos en los salarios. Y es que, mientras, no se presta ninguna atención al verdadero problema, que consiste en poner barreras al campo, es decir, en regular la actividad financiera global. No se puede dejar de tener en cuenta que expresiones como "ingeniería financiera", "contabilidad creativa" y algunas otras no son más que diferentes eufemismos para esconder actividades que siempre se han conocido por el nombre de estafas". Fin de la cita.


Pues bien, el autor propone una alianza entre “trabajadores” y “empresarios” contra la `nueva clase de empresarios especuladores´; más adelante plantea una “alianza mutua” en el escenario de los convenios colectivos, que a continuación define como “pacto” frente a los especuladores financieros. Más adelante se comentará. De momento, me interesa hacer notar que no aparece en el texto de Manau ninguna exigencia (o yo no he sabido verla) dirigida a los poderes públicos supranacionales, para que gradualmente, pongan coto a esos caballos desbocados de los empresarios especuladores. Y sin embargo existe abundante literatura al respecto; por ejemplo, sin ir más lejos algunas de las propuestas del grupo, liderado por Felipe González,
Proyecto Europa 2030: Retos y oportunidades, especialmente cuando lúcidamente reclama: “Urge la reforma del funcionamiento de las instituciones financieras y de sus mecanismos de vigilancia y control para evitar que estemos incubando ya la próxima crisis” [1]. Abro paréntesis: no parece que nadie haya cazado responsablemente la advertencia de González: “para evitar que estemos incubando la próxima crisis”.


Joan Manau nos dice: Hoy por hoy es absolutamente necesaria esta alianza en el ámbito de todos los actores de la empresa productiva, de empresarios y trabajadores, frente a los especuladores financieros. Los convenios colectivos ya no han de ser una lucha entre empresarios y plantillas sino una alianza mutua. Primera observación: no se nos aclara directamente qué sujetos orgánicos establecen la alianza o pacto. Se sobreentiende que deberían ser –dado el modelo dual de representación en España-- tanto los comités de empresa como los sindicatos. Segunda observación: el autor tampoco nos aclara el vínculo existente entre la negociación colectiva y la lucha contra los especuladores financieros. Yo, francamente, no sé verlo, y pienso que al autor le costará bastante aclararlo. Por lo demás, es bien sabido que –hoy por hoy— la negociación colectiva, así en España como en Europa, tiene un fuerte componente “nacional”, cuando el mundo de los especuladores financieros está instalado en el marco de la globalización. De eso hemos hablado largo y tendido en
ISIDOR BOIX Y LÓPEZ BULLA CONVERSAN SOBRE EL SINDICALISMO GLOBAL [2]. Decididamente no tengo más remedio que afirmar que es, a todas luces, inviable trasladar al escenario de las relaciones laborales (incluso en un marco trasnacional) la acción contra los especuladores financieros.


Por lo demás, me ha llamado la atención la visión tradicional que Manau tiene sobre la división de funciones en la empresa: Por un lado, el empresario invierte, se juega su patrimonio y dirige la empresa buscando mercados para sus productos. Por el otro lado, los trabajadores elaboran la producción y siguen las directrices del empresario. Aclaro: yo no planteo la creación de un soviet, ni un movimiento consejista. Simplemente afirmo que, con esa división tradicional, no se acomete nada de largo aliento. Porque, digamos las cosas con claridad, lo que se nos está planteando –“seguir las directrices de la empresa”-- es el planteamiento taylorista. Sobre chispa más o menos, don Federico Taylor, el gran capitán de industria norteamericano, afirmaba eso, apoyándose en un constructo potente: “Si la organización del trabajo es científica, ¿para qué queremos a los sindicatos?”. Obviamente para “seguir las directrices de la empresa”. En resumidas cuentas, tengo la impresión de que Manau, al menos en esta ocasión, entiende la empresa como algo definitivamente dado, inmutable. Lo que haría prácticamente imposible “conquistar porciones de codeterminación (atención, no dice cogestión, que es otra cosa), humanización del trabajo y rehabilitación del trabajo creativo”, según dejó enseñado Bruno Trentin [3].


En resumidas cuentas, la gran preocupación de Joan Manau (“mientras, no se presta ninguna atención al verdadero problema, que consiste en poner barreras al campo, es decir, en regular la actividad financiera global” ) es sobradamente justa, pero el mecanismo del endosamiento, aunque fuera parcial, al terreno de las relaciones laborales no tiene sentido.


Le pregunto a Joan Manau: ¿podemos seguir debatiendo al respecto? Afectuosamente, JLLB Por mi parte, dejo que mi albacea testamentario, Carles Navales, lo organice según su recto parecer y (casi siempre) buen gobierno.



[1]
http://www.revistalafactoria.eu/articulo.php?id=553

[2]
http://lopezbulla.blogspot.com/2010/05/isidor-boix-y-lopez-bulla-conversan.html

[3] Bruno Trentin: “Sindacato dei diritti, etica della solidarietà”. XII Congreso Nacional de la CGIL, Rimini, 23 – 27 Octubre de 1991. Ediesse, Roma 1991.



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