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José Luis López Bulla EL "PROYECTO" SEGÚN JOSÉ ANTONIO ALONSO
José Luis López Bulla



Era de esperar que, tras el artículo de Antonio Gutiérrez en El País, Será más fácil despedir que flexibilizar se armara la marimorena. Como era previsible, alguien con mando en plaza (el portavoz del Grupo socialista en el Congreso de los Diputados, José Antonio Alonso) ha tenido que tirarse al ruedo. Lo ha hecho de manera amablemente administrativa. Refiriéndose a Gutiérrez y en previsión de otras discordancias ha dicho que “espera lealtad al proyecto del PSOE”. Atención al léxico: no ha dicho “lealtad al Grupo parlamentario”, sino al “proyecto” (se sobreentiende, socialista). En concreto, lo coherente hubiera sido que Alonso hubiera pedido la normal disciplina de voto, pero (repetimos con toda la intención) que ha hablado de “proyecto”.


La pregunta que me parece obligada, así las cosas, es: ¿toda la talabartería que se ha puesto en marcha es un conjunto de medidas, obligadas por la coyuntura, o son (parte de) “el proyecto”? Porque si son medidas, más o menos coyunturales –que seguirían siendo injustas y todo lo que venimos diciendo— es una cosa (insistimos, rechazable), pero si son “el proyecto” estamos ya ante un cambio de metabolismo de, al menos, quienes creen en ello.


Importa decir que José Antonio Alonso no es un indocumentado, sino un intelectual sofisticado, un jurista reputado que fue, entre otras responsabilidades, vocal del Consejo General del Poder Judicial. Vamos, que conoce el uso de las palabras que designan conceptos. Así nos ha parecido cada vez que hemos escuchado su sobrio lenguaje. De donde no cuesta trabajo inferir que sabe lo que quiere decir, y dice, cuando emplea el término “proyecto”. Desde luego, si hubiera hablado de tal guisa un chusquero no nos tomaríamos la molestia de ser pejigueras, pero quien ha hablado es un intelectual orgánico y un político de altas responsabilidades. Así pues, Alonso locuta causa finita: se trata de proyecto. Lo que, evidentemente, cambia profundamente las cosas. Cambia –si no se aclara la terminología alonsiana— el código genético: el genoma de los nietos es irreconocible con relación al del abuelo. Como diría Raimon:tu ja m´entens, tu ja m´entens, tu ja m´entens”. Más claro, se entra en el new Labour blaireano donde “el proyecto” es ir a salto de mata.



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