Ante las tímidas manifestaciones de izquierdas alternativas en relación con la sentencia del caducado Tribunal Constitucional, reproduzco en castellano para facilitar al máximo su lectura fuera de Catalunya, la valoración publicada hoy en en Avant (donde puede encontrarse también en versión catalana).
Opino también que sería un paso muy positivo que las izquierdas (especialmente las madrileñas) se fueran sumando a defender lo decidido en Catalunya como poco a poco va sucediendo. Espero que para antes de la manifestación del día 10 podamos decir que son muchos los blogs de IloveIU y amigos que entienden que la sentencia se inscribe en una ofensiva general de recorte de los derechos políticos, económicos y sociales, de desprecio de la democracia y de la soberanía, y que en este caso en particular, defender los derechos de Catalunya significa defender el federalismo y la voluntad popular, sea el que sea el pueblo que la exprese...
En este editorial de l'Avant se explica muy bien de lo que se trata en la forma y en el fondo, y lo que nos va a las izquierdas de toda España entenderlo y actuar en consecuencia:
La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Catalunya es eminentemente política, ya que la Constitución del 78 tiene margen para admitir el texto sin recortarlo en lo más mínimo.
Esta posición ideológica que presenta la ha buscado el PP para saltarse la mayoría en el Congreso, el Senado, el Parlament de Catalunya y al pueblo de Catalunya en Referéndum, es una posición centralista, conservadora y profundamente antidemocrática.
El Tribunal no tiene legitimidad democrática, ya que se han saltado todos los requisitos para su renovación, pero sobre todo porque su composición obedece a una tendencia viciada por el bipartidismo que se reparte entre PP y PSOE el nombramiento de los magistrados y por una realidad en la que sólo los poderes centrales del Estado están representados, ni los poderes locales ni los autonómicos.
La sentencia se inscribe en una ola conservadora y antidemocrática en medio de la lucha por la salida a la crisis del capitalismo financiero, en que se quiere ajustar el Estado del bienestar, el modelo de Estado y la representatividad de la izquierda alternativa y el sindicalismo de clase. El Congreso y el Senado cerrarán los próximos días la no modificación de la Ley Electoral, el refuerzo de los mecanismos represivos de la libertad política de la Ley de Partidos (proceso de paz en Euskadi) y mantendrán el Pacto por la Justicia de PP y PSOE que es lo que ha conformado la composición de reparto del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial (autor caso Garzón, Gürtel y Memoria Histórica).
En España el pacto entre la facción de estado de la oligarquía financiera (causante y gestora de la salida a la crisis por la derecha) y los grupos del tardo o post franquismo, se articulan y coordinan (en algunos momentos son lo mismo) para desarrollar su ofensiva antidemocrática, imponiendo las políticas antisociales neoliberales y las visiones centralistas y autoritarias.
Hay que reforzar y hacer crecer el espacio federalista al conjunto del Estado, ya que es un punto de encuentro de los sectores progresistas que necesitamos sumar para detener la derecha y reforzar una salida social, federal y democrática por la izquierda.
La movilización por las libertades nacionales y sociales, las manifestaciones y la huelga general son una oportunidad para oponerse y luchar contra los recortes sociales y contra los recortes nacionales.
La sentencia contra el Estatut ha venido a coincidir – ¿casualmente, tras cuatro años de deliberaciones? – con las vísperas de las elecciones autonómicas catalanas. Es curioso que en el último momento se hayan apresurado tanto los magistrados.
CiU, que fue uno de los elementos principales del pacto constitucional que llevó a cabo la transición española de 1978, ahora pide elecciones anticipadas. Tiene dos motivos fundamentales que vienen estrechamente enlazados: 1 .- Su ansia de recuperar el poder. 2 .- Hacer imposible la unidad catalana de respuesta unitaria de los catalanes al pacto entre el PSOE y el PP para que el poder central recupere lo que perdió en la transición.
Uno de los grandes gurús que le quedan al socialismo español, Alfonso Guerra, lo ha dicho bien claro: “Están (los catalanes) obligados ahora a hacer ruido pero no pasará nada.” Guerra sabe perfectamente que lo máximo que hará Convergència es ruido. De ahí que las movilizaciones de los próximos tiempos sean tan importantes: para dejar claro que Catalunya reclama sus derechos como nación sin romper la hermandad con el resto de los pueblos españoles, y porque esta reclamación es de todo el pueblo catalán, no sólo de los nacionalistas de derechas que, por otra parte, cuando les conviene, por la defensa de los intereses oligárquicos que representan, van estrechamente de la mano con la derecha más centralista y anticatalana: el Partido Popular.
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Se habla también del tema en el Bosque de Brocelandia.