Visto en el blog de Alberto Lumbreras y reproducido tal cual, sin quitar ni poner, porque lo comparto totalmente.
Con muchísimo gusto porque los textos lo merecen y la persona, la amistad y la causa común mucho más:
¿Cuantas veces he tenido que callar ante un enfermo que padecía una enfermedad tan seria como el paro, y cuya solución cierta y etiológica hubiera sido un contrato
de un trabajo digno y estable?¿Cuantas veces he tenido que disimular mi sentimiento
de solidaridad y de empatía con la anciana que me cuenta de su doliente soledad, su miedo, y su desamparo?¿Cuantas veces era consciente frustrado que el bálsamo
que no podía prescribir era un poco de afecto, o un cierto respeto, o un mucho de amor?Infinidad de veces… y continuamente. Y de eso no hay pastillas, tampoco.
Así que a estas altura de la película me puedo permitir alguna sugerencia radical,
aunque pueda resultar descarnada, probablemente utópica, pero no por ello menos
cierta o substancial. Para quienes no quieran quedarse en la epidermis de las cosas ni en la mediocridad de lo inmediato, para quienes cuestionen la evidencia de lo superfluo evidente, aquí van algunas `PRESCRIPCIONES NO FARMACOLÓGICAS.
Si queréis vivir muchos años con dignidad, os recomiendo la trilogía de prescripciones no farmacológicas del Dr Toni Barbarà:
0. Prescripciones no farmacológicas
1. Médicas y médico-sociales
2. De salud: la vida cotidiana
3. Políticas: acciones de gobierno