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Àngels Martínez i Castells. De Palomares a Panama City
Àngels Martínez i Castells.

Un artículo veraniego --y no por ello menos intersante--del amigo Andrés Villena. También forma parte de nuestra memoria histórica el "susto" nuclear de Palomares y las risas que todos y todas nos gastamos al ver al entonces Ministro de Información y Turismo entrar aguas adentro, oscilando como la marea, y con un bañador que parecía una tienda de campaña. Los rumores de la época dijeron que no era "la playa de la bomba" sino otra mucho más segura y habilitada al respecto. Seguro que el hecho de que --por lo menos hasta el momento-- sólo haya instantáneas del baño de Obama e hija en Panamá City podrá suscitar rumores parecidos. Pero estoy segura de que no es el caso y, de cualquier manera, bien por Obama en este caso por intentar ayudar a unas gentes con graves problemas, y mal por su mujer que se fue una semana antes a hacer de "guiri"  advenediza entre las caspas más resistentes de una España obviable y  poco recomendable de  promocionar.

Gobernantes en remojo como reclamo turístico

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El marketing político ha avanzado mucho... Pero persisten estrategias de propaganda algo más instintivas y tradicionales. El desastre del Golfo de México, con la negligente y casi dolosa conducta de la todopoderosa BP, representa un buen ejemplo. El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se ha bañado este sábado en las playas de Panama City, pertenecientes al citado Golfo, con el objeto de mostrar que no existe riesgo alguno en la zona. El turismo debe tirar todo lo que pueda de una economía que amenaza con el estancamiento. Obama se enfrenta precisamente a unas incomodísimas elecciones en otoño y necesita tapar todos los escapes posibles, se trate de desempleados o de toneladas de chapapote.

No es el primer chapuzón oficialista de la Historia. Hace ya más de cuarenta años, en 1966, un ministro de Turismo no elegido como el franquista Manuel Fraga Iribatne se zambulló en agua salada con similares intenciones tranquilizadoras. Sucedió en la localidad costera almeriense de Palomares. En aquella ocasión fueron dos aviones americanos con material nuclear los que al estrellarse dejaron el municipio turístico literalmente rociado de plutonio. Fraga tuvo que actuar inmediatamente. Quizá exista alguna relación entre este baño ministerial y la longeva carrera del todavía senador conservador.

Obama nos parece en la imagen algo más convincente que el eterno gallego: a él lo ha elegido una mayoría y además tiene un rehén: no se baña solo sino que se lleva a su hija. El 'caso BP', hermano mayor del 'Prestige' -por cierto, con un anciano Fraga de gobernante autonómico- ya no muerde: el presidente más popular del mundo lo acaba de demostrar en bañador.

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