LA IZQUIERDA ITALIANA, ESA CHUCHERÍA DEL ESPÍRITU

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Esta foto se corresponde con el maestro Alfredo Reichlin. Uno de los últimos mohicanos. Cuídese, maestro.

Lo veo y no lo creo. Resulta que la Federación de los metalúrgicos italianos de la CGIL, la legendaria Fiom, convoca una manifestación en Roma contra la política fiscal del gobierno de Berlusconi III. Hasta aquí no hay novedad. Lo curiosamente chocante viene ahora. Bersani, primer espada del Partito democratico (ex Pci, ex Ds, Pds) declara que: Il Pd è "un partito di governo momentaneamente all'opposizione, in quanto tale non è un sindacato, non aderisce a manifestazioni sindacali". Tras reponerme de la perplejidad, hago un alto para moderar mi talante; así pues, cuento hasta cien para no decirle cuatro cosas al tal Bersani. Sólo se me ocurre, momentáneamente, que ese partido, “momentáneamente” en la oposición (según dice su primer espada), puede echar hondas raíces en tan infelice lugar. Pero, comoquiera que se debe hablar en serio, héte aquí que me encuentro con una intervención del viejo maestro Alfredo Reichlin que, curiosamente, milita en el mismo partido que el tal Bersani.

Reichlin interviene en un coloquio que publica la editorial Ediesse: Autumno caldo, quarant’ anni dopo (cuyo editor es el amigo Carlo Ghezzi). Y, tras narrar amargamente toda una serie de vicisitudes de la izquierda mayoritaria italiana, se pregunta: ¿Qué puede hacer un trabajador en un partido así? Repito, en su partido. Sepan, pues, que Bersani puede estar a punto de conseguir un objetivo: que la izquierda italiana es lo que el viento se llevó.

Es posible que haya gentes que, al igual que un servidor, no den crédito de lo que se dice. Yo voy a las fuentes que están en http://www.rassegna.it/articoli/2010/10/18/67688/la-politica-riscopre-la-fiom

Font: José Luis López Bulla