Ya sé que no es exactamente una primicia, pero no quiero esperar más a comentar que he leido que el FMI y el Banco Mundial admiten que los biocombustibles agravarán la hambruna y que Paul Ziegler, catedrático de la Universidad Central de Berlín, estimó que el uso de biocombustibles es un crimen contra la humanidad.
Me parece increíble la hipocresía del FMI y del BM para los cuales "se está tornando grave a raíz de que algunas naciones utilizan los alimentos para producir combustibles. El BM advirtió de que miles de personas padecerán de inanición si los precios de los alimentos continúan subiendo y que la crisis social causada por la inflación puede desencadenar un conflicto de grandes proporciones en regiones de Africa, Asia y América Latina. Recordó que recientemente hubo disturbios en Haití, Filipinas y Egipto."
Pero bueno, ¿es que el Banco Mundial y el FMI presentan algún tipo de enfermedad mental disasociativa y no saben, ni recuerdan --ni siquiera tienen ninguna responsabilitat, en que muchos países atenazados por la deuda venden los productos que necesitan para comer para poder pagar los intereses de un capital suficientemente amortizado desde cualqueir parámetro mínimamente ético? ¿O que los grandes beneficios que se fraguan en las Bolsas de Futuros que se inspiran tanto en el Chicago moderno como en el de los gángsters tienen su origen, como explica la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la alimentación (FAO), en que el cesto de la compra básico para una familia promedio en América Latina se encareció en un 45 por ciento en los últimos nueve meses?.
Voces sensatas como la de Paul Ziegler denuncian que la quema de cientos de millones de toneladas de maíz, cereales, arroz y otros productos para producir biocombustibles es un factor primordial en las fuertes alzas de los valores de los alimentos, y sigue diciendo que la política del FMI obliga a muchos países del Tercer Mundo a adoptar una política agrícola orientada a la exportación a costa de la economía de subsistencia. Y el profesor de Berlín advierte también que el mundo se encuentra en el umbral de una situación peligrosa en la que las revueltas por hambre pueden multiplicarse, protagonizadas por personas que temen por su vida.
Pero no se trata sólo de los productos que deberían alimentar a las personas y se queman en los carburadores de los coches. En BBC Mundo, en un sugerente trabajo llamado Quien juega con la comida, gana,podíamos leer que los precios del maíz aumentaron en 30% en menos de dos semanas, y los del trigo aumentaron en un 40% desde fines de junio arrastrados por una caída en la producción tanto en Rusia como en partes de Europa del Este provocada por la sequía, mientras los precios del maíz escalaron en un 30% desde que Estados Unidos bajó su predicción para la cosecha de este año, que ha sufrido los efectos de la ola de calor en ese país. Y esto a pesar de que luego se declaró a esta misma producción de maíz como una de las mejores de la historia.
Y detrás del trigo y el maíz han subido otros granos, como el centeno y la soja. Las grandes empresas que comercializan alimentos parecen ser los principales beneficiarios, pero en la lista de ganadores están también los productores de granos y, por supuesto, el otro protagonista: la especulación financiera.
Abdulreza Abbassian, analista del organismo de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), le dijo a BBC Mundo que los especuladores están jugando un papel importante en la volatilidad de los precios, en particular de los granos.
Por su parte, el economista británico Anthony Hilton nos dice que "Parecería que los mercados están sufriendo de un frenesí especulativo", y de hecho, la ONG británica Movimiento para el Desarrollo Mundial señalóque hay inversores que están tratando de "hacer dinero fácil" en los mercados de futuros y que en el verano pasado, los especuladores financieros de la Bolsa de Chicago en Estados Unidos compraron contratos a futuro por cerca de 40 millones de toneladas de maíz, más que el consumo anual de todo Brasil.
De todas formas, es claro que el sector financiero está amasando beneficios en el área de los commodities, y eso explica que firmas como Barclays Capital hayan registrado un aumento de 36% en los activos vinculados a ese sector.
Ernesto Ambrosetti, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina, le dijo a BBC Mundo que este año se van a sembrar cerca de 31 millones y medio de hectáreas, casi dos millones más que el año anterior, gracias a la mejora de los precios y lo atractivo que son estos precios para los productores.
El panorama es similar en México. Según le dijo a BBC Mundo Alejandro Ortega, del Insituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), "para México, para la zona noroeste en particular, el incremento en los precios de los granos va a ser beneficioso". Para él en concreto, si se cumplen sus expectativas de un beneficio de alrededor de 40 centavos por cada peso invertido en sus siembras de trigo.
Los analistas también esperan grandes beneficios para las cuatro grandes empresas comercializadoras de alimentos conocidas por sus iniciales como el ABCD del sector: las estadounidenses Archer Daniels Midland, Bunge y Cargill, y la francesa Louis Dreyfus. De hecho, Cargill, el principal comercializador de productos agropecuarios del mundo, ya anunció que sus beneficios en el último cuatrimestre, que concluyó el 31 de agosto, aumentaron en 68%, pasando de US$525 millones en el mismo período de 2009 a US$838 en 2010.
Los próximos en la escala de ganadores son las empresas que producen insumos y fertilizantes, así como los fabricantes de equipos agrícolas. Por ejemplo, la empresa de fertilizantes Mosaic, cuyo propietario mayoritario es Cargill, triplicó sus beneficios en el último cuatrimestre.
Mientras tanto, se espera que las ganancias por acciones de Deere, el principal fabricante de equipos agrícolas, se dupliquen en el período de 2010 a 2011, según datos de la agencia de noticias Bloomberg, aunque esta bonanza contraste con la desaceleración generalizada en la economía mundial y muchos dudan de que tenga un efecto multiplicador importante.
Pero si aprendimos algo de la crisis de los alimentos de 2008 deberíamos recordar que quizás también esta vez haya más perdedores que ganadores con el uso irracional de los recursos y la especulación que provocan las irracionales subidas de precios.