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Àngels Martínez i Castells. El Senado USA vota contra la igualdad de las mujeres
Àngels Martínez i Castells.

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45 años depués de la aprobación en los Estados Unidos de la Equal Pay Act, las diferencias salariales persisten entre hombres y mujeres, en una relación desigual que significa que por cada dólar que los hombres ingresan las mujeres sólo perciben 77 centavos. Ayer el Senado de los EE.UU. tuvo una oportunidad para legislar a favor de la igualdad de salarios sancionando la  Paycheck Fairness Act, pero todos los senadores y senadoras del Partido Republicano, sin excepción, votaron en contra de forma unánime.  El resultado significa no sólo NO poner fin a la discriminación salarial contra las mujeres, sino darle desde la Cámara alta el visto bueno, y permitir que el "gap" salarial crezca todavía más, como de hecho ya sucede para las mujeres afro-americanas y latinas que ganan 61 centavos de dólar y 52 centavos, respectivamente, por cada dólar que ingresa un varón blanco no hispano.

Eso significa, para una mujer blanca que no pertenezca a ninguna minoría, ingresar al año unos 10.000 dólares menos: y eso es lo que de hecho, se ahorra la Patronal como mínimo de media por contratar a una mujer ( la suma es más cuantiosa si hablamos de mujeres latinas y negras, naturalmente...). Por ello no es nada sorprendente que el Congreso haya votando conforme a los deseos de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos que ya habían pedido, sin éxito, que tampoco el Congreso aprobara la Paycheck Fairness Act.

Las mujeres son la mitad de la población activa de los Estados Unidos y las mujeres -madres son, en casi dos tercios de las familias, las responsables de los ingresos familiares. La ley que el Sanado ha rechazado hubiera contribuido a hacer menos precaria la situación económica de estas mujeres y sus hijos e hijas, hubiera puesto al dia la Equal Pay Act de 1963 al cerrar las grietas que se habían abierto con el paso del tiempo y hubiera contrarestado la tendencia a mayores desigualdades, prohibiendo que las muejeres que preguntaran por la política salarial de su empresa o hicieran público su salario, pudieran ser represaliadas. De hecho, el secreto salarial es un problema importante (sobre todo desde el punto de vista de género) en la medida que no permite que las personas empleadas sepan las prácticas salariales discriminatorias a las que están sometidas.

La imagen más impactante y terrible para la igualdad de género y la democracia es la de todo un Partido Republicano --mayoría ahora en el Senado--  votando contra la igualdad de remuneración por igual trabajo, sancionando la discriminación por género y  la discriminación añadida a la de género de las minorías, en una nación que pretende dar lecciones de democracia al mundo.

Noticia leída en Truthout

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