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Àngels Martínez i Castells. Marinaleda
Àngels Martínez i Castells.

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Lo he visto en el blog amigo de ceronegativo y estoy segura que me permite compartirlo. Entre otras cosas, porque ni el fondo ni la forma de lo que Juan-Manuel López Gordillo cuenta me es ajeno. En el año 80, después de un "desencuentro" con algunas de las tesis del Congreso de CC.OO. de Catalunya, sindicato en cuyo Gabinete Técnico colaboraba, (y una triste discusión con Marcelino Camacho cuyo recuerdo me acompañará mientras viva) pedí un año sabático en la Universidad de Barcelona y me "exilié" al Alentejo portugués. En la Universidad de Évora --pero sobre todo gracias a materiales e informaciones que me bridaron amigos que me siento especialmente orgullosa de haber conocido como el general y ex-primer ministro Vasco Gonçalves, o el economista Eugénio Rosa, y compañeros de las cooperativas que estaban empezando a vivir la contra-Reforma Agraria- reuní el material necesario para realizar mi cooperativa-reforma-agraria.jpgtesis. Una parte importantísima de la misma se debe a los análisis -y amigos que contribuían a elaborarlos- del PCP, y que para mi son los más realistas y brillantes del periodo que transcurre entre la Revolución del 25 de Abril y el penoso descenso hacia la traición que se anuncia el 25 de noviembre de 1975, un año y medio después del inicio de la Revolución de los claveles, cuando el gobierno revolucionario fue derrocado. El pasado jueves se cumplieron 35 años de un golpe de estado de derecha en el que, a diferencia de otras intentonas, resultó victoriosa la "santa alianza" de los Estados Unidos, el Partido Socialista de Portugal con Mario Soares al frente, la socialdemocracia internacional y la internacional demócrata cristiana... demasiados enemigos -y demasiado poderosos- para una izquierda dividida.

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Y toda esta larguísima parrafada, que no sé muy bien si viene a cuento, es para decirles que escuchando este video me he sentido otra vez en Almeirim, o en Beja, o en Grândola, o en Sines... Y aunque algunos duden de que el discurso se adapte a nuestros tiempos (visto desde una Catalunya que se quiere tan post-moderna daría la impresión que no) llego en cambio a la conclusión de que, si queremos sobrevivir en dignidad, lo que deberíamos hacer es adaptar los tiempos al discurso.

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