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SUSANNA CAMUSSO Y LA BELLA CIAO
Lo nunca visto: el sindicalismo canta una canción. Lo nunca visto: una dirigente sindical canta, salta y palmotea frente a un enorme gentío. Véase y hagan lo mismo, alborozados, en http://www.youtube.com/watch?v=3osJ469n_wk. La cosa fue en Roma en la gigantesca manifestación que, convocada por Doña CGIL, congregó a un océano de personas. Quien canta es la flamante secretaria general del sindical, Susana Camusso. En este caso la canción fue pasión y razón. Nada menos que la cantarina Bella Ciao.
Hubo un momento en que la izquierda dejó de cantar. Posiblemente eso de cantar se vio como una antigualla, como algo más producto de la épica del novecento que de los nuevos tiempos. Pero como cantar es algo tan natural como la vida misma, resulta que el cántico, el himno, se trasladó a los equipos de fútbol. Las emociones se trasladaron de la izquierda al deporte y –en no pocos casos, manipuladas— suplieron una manera de ser y estar en la política. Perdida la canción vino una cacofonía de palabras banales, muchas de ellas se disfrazaron de noviembre para no infundir (excesivas) sospechas. Palabras sin ton ni son que cada vez iban diciendo menos cosas...
... Hasta que la Camusso agarró el micro y, tras dejar sentado un discurso fuerte, alzó la voz y explicó que esa mañana se había alzado… El público reaccionó (parece ser que) diciendo: este no es mi Juan, que me lo han cambiado.
Hubo un momento en que la izquierda dejó de cantar. Posiblemente eso de cantar se vio como una antigualla, como algo más producto de la épica del novecento que de los nuevos tiempos. Pero como cantar es algo tan natural como la vida misma, resulta que el cántico, el himno, se trasladó a los equipos de fútbol. Las emociones se trasladaron de la izquierda al deporte y –en no pocos casos, manipuladas— suplieron una manera de ser y estar en la política. Perdida la canción vino una cacofonía de palabras banales, muchas de ellas se disfrazaron de noviembre para no infundir (excesivas) sospechas. Palabras sin ton ni son que cada vez iban diciendo menos cosas...
... Hasta que la Camusso agarró el micro y, tras dejar sentado un discurso fuerte, alzó la voz y explicó que esa mañana se había alzado… El público reaccionó (parece ser que) diciendo: este no es mi Juan, que me lo han cambiado.
Font:
José Luis López Bulla
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