Titular notícies
Àngels Martínez i Castells. Los condones del Vaticano
Àngels Martínez i Castells.

Tweet

benedicto.jpg

La prensa de los Estados Unidos habla poco, en general, de lo que sucede en Europa. Por eso es especialmente divertido encontrar en la sección correspondiente del NYTimes unos sabrosos comentarios sobre las vueltas que le han estado dando en el Vaticano a las observaciones que hizo Benedicto XVI sobre el uso de preservativos en el libro-entrevista "Luz en el Mundo" donde al aprecer, en algún momento, lo calificó -rompiendo todos los esquemas- de "mal menor".

Recordemos cómo parecía que se estaba abriendo finalmente un rayo de lucidez cuando el Papa dijo algo tan obvio para el mundo que está fuera de los muros del Vaticano como que el uso de preservativos podía prevenir enfermedades. Lo más rancio de la curia, sin embargo, se ha sentido llamada a aclarar que en ningún caso Ratzinger se refería ni justificaba su uso para evitar el embarazo. En el libro-entrevista que ahora se matiza de mil y una maneras, Benedicto XVI decía muy pacatamente que aunque no "eran una solución moral ni real", podían significar "un primer paso en dirección a la moralización, a asumir responsabilidades"... y hablaba en concreto de que un hombre que se prostituya podía utilizar preservativos para no difundir enfermedades.

Dichas declaraciones fueron acogidas con entusiasmo entre las personas que combaten el SIDA en Africa ya que las consideraron un ayuda real para frenar la epidemia. pero las autoridades católicas de la cárcara más amarga han conseguido que el Vaticano haga pública una nueva declaración donde se explica que los comentarios del Papa han sido malinterpretados y manipulados por aquéllos que los entienden como un permiso para usar preservativos en más casos, como por ejemplo en el control de la natalidad.

De hecho, en las ediciones en alemán e inglés del citado libro se habla de un hombre que se prostituya, pero en la edición italiana se utiliza el femenino y se habla de "prostituta". Y es evidente que si una prostituta utiliza un preservativo para no contagiar enfermedades no puede evitar que, al mismo tiempo, sirva como método de contracepción.

Después de diversas disquisiciones sobre lo que opinan diversos cardenales, a cada cual más confuso y barroco, se ha publicado finalmente en seis idiomas una declaración con el breve título: "Nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la Banalización de la Sexualidad en Relación a Ciertas Interpretaciones de "Luz en el Mundo", que es una obra maestra de los sfumatos vaticanistas.

Y dice: que el uso de condones por parte una persona que se prostituye no puede considerarse un "mal menor" porque la prostitución es "gravemente inmoral". Y añade que una "acción que es objeivamente mala, aunque sea un mal menor, nunca puede ser considerada lícita." Y aproximándose algo más a lo que originó la gran orgía retórica de matizaciones (las declaraciones del Papa) acaban diciendo que "aquellas personas implicadas en la prostitución que padezcan SIDA e intenten disminuir el riesgo de contagio con el uso de un preservativo pueden estar dando un primer paso en el respeto de la vida del prójimo, aunque el mal de la prostitución se mantiene con toda su gravedad."

preservativo3.png

En fin, que los defensores de la fe se divierten con las palabras y siguen negándose a colaborar para frenar el SIDA o disminuir los embarazos no deseados. De hecho, para efectos disuasorios casi bastaría con una obligada lectura previa del encaje de bolillos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, porque los circunloquios vaticanistas pueden anular cualquier impulso natural. Pero lo sensato de verdad sigue siendo que en caso de que no vayan ni a por bebés ni quieran correr riesgos con su salud, siempre con preservativo.

(La canción es cortesía de SotoenCameros)

votar

Comments

Últimes Notícies