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José Luis López Bulla SOLILOQUIO SOBRE EMBUSTEROS Y COJOS
José Luis López Bulla


Decían los castizos de la Vega de Granada que “se pilla antes a un embustero que a un cojo”. Se trata de un sabio y claro idiolecto que no necesita un análisis semiótico estructuralista para entenderlo cabalmente. Lo que se necesita para atrapar al fabricante de embustes (sobre todo si es mayorista) es recurrir a los datos. Por ejemplo, se dice que el sindicalismo no tiene alternativa para las grandes cuestiones de la reforma de las pensiones: se atrapa al urdidor de mentiras a granel publicando el documento de Carlos Bravo tal como hemos hecho en la entrada anterior en este mismo blog. Que los fabricantes de guiñapos y otras prendas andrajosas griten con más fuerza no cambia las cosas. Es lo que está sucediendo con todo el ataque a la Federación Italiana de Obreros Metalúrgicos (FIOM).

Las voces alquiladas afirman que la FIOM es el sindicato que sólo sabe decir “no”. Pues bien, los datos oficiales indican que, desde junio de 2010, esta federación ha firmado más de mil (1000) acuerdos. Es lo que está sucediendo con todo el ataque a la Federación Italiana de Obreros Metalúrgicos. Algunos de ellos tan relevantes como los de per Lamborghini, Ferrari, Ilva Taranto, Indesit

Las mismas voces –a las que volvemos a pillar (no por su cojera sino por su mendacidad compulsiva)— gritan en barracas institucionales y chamizos de postín que, precisamente porque la Fiom es el sindicato del `no´ está perdiendo capacidad de representación entre los trabajadores. De manera que no tenemos más remedio que acudir a las fuentes oficiales: también desde junio pasado hasta la presente, en las elecciones a los comités de empresa italianos (RSU), afectando a más de 30.000 trabajadores, la FIOM pasa del 61,7 por ciento al 66,6 por ciento, incrementando las adhesiones y el número de delegados; la `competencia´ pasa, uno, del 21,7 por ciento al 18,3 y, otro, del 13,2 al 10,7. No es necesario recurrir a la ley de monotonía de las Matemáticas para saber quién es quién en el panorama sindical de los metalúrgicos italianos.

En suma, hemos pillado –como queríamos demostrar, tal como decíamos en mis tiempos cuando dábamos en la tecla de un teorema— la recalcitrante mendacidad de esos mendas que están así en babor como en estribor. Son gentes que, por así decirlo, conocemos demasiado bien en estos lares.

Por cierto, nuestra insistencia en el asunto de la FIOM se debe a un interés de gran calado, que trasciende las lindes de Italia. Porque, en realidad, la dirección de Fiat lo que ha hecho es importar un tipo de relaciones industriales de allende los mares, con un diseño de intereses geoestratégicos ya comentados por Tonino Lettieri con toda su crudeza en la referencia que hicimos en la entrada anterior. Que puede estar al caer, el día menos pensado, por estos andurriales hispanos.

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