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Àngels Martínez i Castells. Mediator, las prácticas mafiosas y los visitadores-médicos
Àngels Martínez i Castells.

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mediator.jpeg(Les recomiendo que vean lo fundamental de la información sobre el escándalo de Mediator en esta página de Dempeus per la Salut Pública, pero sigan también en este post la opinión de sindicalistas franceses al respecto.)

La noticia estalló en el mes de diciembre: 500 muertos y 370.000 posibles afectados más por un medicamento contra la diabetis: se trata de Mediator, que tenía efectos secundarios importantes (y letales) sobre las válvulas cardíacas. Se supo que el comité de salud pública francés conocía sus riesgos, pero no se dio ninguna prisa en retirarlo ni prohibirlo. La realidad era que varios miembros del comité estaban vinculados con la industria farmacéutica.

Sin embargo, para desviar la atención sobre la dicha industria y sus métodos empresariales de maximización del beneficio a cualquier coste, se ha intentado desviar la atención y cargar las culpas a un grupo de trabajadores muy concreto: los visitadores médicos. En su fnic-cgt.jpegdefensa, la Federación Nacional de Industrias Químicas del sindicato mayoritario francés CGT ha redactado un comunicado en el que pide que no nos dejemos engañar por los discursos que tratan de engañarnos limitando el problema a un solo laboratio (Servier) o a un grupo de profesionales (los visitadores-médicos).

Avisan que el caso Mediator tiene por lo menos el mérito de sacar a la luz la mafia que se ha instalado en todo el circuito de la medicación, y aunque apoyan naturalmente, que los laboratorios Servier deben responder por sus actos, no creen menos cierto que la práctica de otros laboratorios no se diferencia en nada: todos son "Servier" en potencia, nos dicen.

Desde la CGT consideran que el visitador médico es necesario porque representa uno de los vectores de información y formación del personal médico, y lamentan que en los últimos años se hayan eliminado ya 10.000 puestos de trabajo. En su opinión, lo que se debe corregir, de nuevo, son las prácticas nocivas de los laboratorios que requieren que sus representantes programen y adapten sus visitas al personal médico en base a estudios de mercado, al potencial de ventas por área geográfica y a que promocionen medicamentos de un alto valor añadido, mientras que muchas veces existen moléculas tanto o más efectivas para las mismas patologías a un precio muy inferior.

Defienden la necesidad de imponer una ética médica exhaustiva a su práctica, que no sean un reflejo del desarrollo económico y de mercado, sino un vehículo para transmitir información de calidad, con el máximo de transparencia.

Acaban su comunicado diciendo que antes de acusar a una profesión, se debería saber lo que tiene y puede desarrollar en positivo, en especial cuando no se incide en que el sistema de farmacovigilancia fue incapaz de analizar el grave riesgo de cardiotoxicidad de Mediator, que la agencia del medicamento se mostró inexplicablemente tolerante en relación a un medicamento sin eficacia terapéutica real, y no se quiere ver el conflicto de intereses por su cooperación institucional con la industria farmacéutica.

Ya va siendo una constante demasiado cínica que cuando los poderosos se pasan en su avaricia y falta de principios, siempre encuentren un grupo de trabajadores a los que echar las culpas. Pero el colectivo de visitadores médicos sólo podrá de hecho mejorar sus prácticas y añadir la ética requerida, cuando los laboratorios que les pagan su salario no les den instrucciones en sentido contrario... Creo también que ya está bien de cortinas de humo, y que deben tratarse traten los problemas reales de todo el proceso de producción y comercialización de los medicamentos tal como son, ya que la salud --y la vida-- de millones de seres humanos está en juego.

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