
El amigo Chano Benegas nos envía esta crónica desde El Cairo que le habíamos pedido. Chano es lector de español en la Universidad de dicha capital. Habla Chano Benegas
La presencia de Mohamed el Baradei en las movilizaciones de calle en El Cairo no ha sido formal o –como vulgarmente se dice-- para hacerse una foto y desaparecer después. Digamos que ha sido militantemente combativa, a pesar de sus setenta años que, aunque bien llevados, es ya una edad. Dicho lo cual, querido amigo, paso a darte cumplida noticia de algunas cosas de interés. No entraré en detalles, José Luís, porque los medios españoles –aquí nos llega, aunque con problemas, Televisión española— están informando de manera bastante aproximada. Así es que picotearé por otros elementos.
La salida de esta situación dependerá de: la amplitud de la movilización inteligente que sean capaz de ordenar las fuerzas opositoras; la posición que tomen las llamadas capas medias; los grados y niveles de unidad “por arriba” de la oposición; y el carácter de la presión norteamericana, especialmente al Ejército que poco tiene que ver con el de Túnez.
Algunos allegados de el Baradei me explican, casi susurrando, que los Estados Unidos no se fían de este hombre al que consideran de gran personalidad y, sobre todo, independiente a carta cabal. Nadie le doblegó cuando el asunto de las armas nucleares y el uranio en Irak. Las presiones que este hombre recibió tanto de Bush como de Tony Blair fueron enormes, y –según se sabe en los mentideros internacionales-- las cantidades en dólares que se pusieron encima de la mesa para que el Baradei mintiera fueron astronómicas. Este hombre, pues, es visto con desconfianza por los Estados Unidos.
Bien, Pepe Luís: soy incapaz a estas alturas de establecer un pronóstico sobre cuándo tendremos un desenlace. Sea como fuere intentaré estar en Pineda dentro de un par de semanas. Ya os contaré: ¿podrías llamar a Paco Rodríguez de Lecea y Carmen Martorell y decirles que me encuentro bien? Saludos cairotas, Chano.
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