En Reacciona, de "Las estafas cotidianas que conmocionan nuestras vidas...."
Los procesos de privatización empiezan con todo tipo de justificaciones creadas ex profeso, por ejemplo, para las empresas mineras, energéticas e industriales, siguen con los servicios financieros, de comunicaciones, transporte y el agua... y acaban con enseñanza, salud, y la amenaza sobre las pensiones públicas donde se pueda y las haya. Se pretende acabar no sólo con lo que se convino en llamar “economía mixta” o convivencia de un sector público más o menos subsidiario con un sector privado más o menos dominante, sino con derechos de ciudadanía, con los servicios del Estado del Bienestar, (más adecuadamente llamado por Llamazares “Estado del medioestar” ) y que se dirige a marchas forzadas hasta un malestar perfectamente descriptible. (...)
Toca reaccionar. Y quiero en este libro hacer un llamamiento concreto a las mujeres. Porque ahora, más que nunca, el hilo rojo del movimiento obrero de nuestros tiempos se une al verde y al violeta que trenzan las mujeres, los colectivos altamente feminizados de trabajos y contratos en precario que tienen pleno derecho a pan y rosas mientras cubren las vergüenzas del sistema trabajando por sueldos indignos en los servicios privatizados. Es preciso que las mujeres --que se mueven en el difícil equilibrio entre la marginalidad y la conciencia de clase-- sigan tejiendo autonomía y solidaridad con las personas jóvenes, con las más explotadas, con los pueblos del mundo. En pie por la dignidad y una vida sin explotación. Ahora tienen más que nunca su lugar, como colectivo, en la vanguardia plural, radical, insurgente, por otro mundo posible.
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