25 años para una organización no es demasiado. Izquierda Unida es una organización joven y todavía tiene que dar lo mejor de sí... pero si observamos el aspecto que tenían Gerardo Iglesias y Julio Anguita por aquellas fechas nos daremos cuenta de que 25 años, en nuestra biografía, no pasan en balde. Este es también el valor de pertenecer a una organización basada en ideales suficientemente compartidos: que a pesar de los muchos momentos en que nos hemos equivocado en algún u otro sentido, y en los otros tantos en los que lo personal se ha antepuesto a lo colectivo, cada arruga y cada cana aparecida en estos 25 años me reafirman en la necesidad de una organización de las izquierdas que mantenga, reivindique y continúe ese hilo rojo de la historia sin el cual las luchas ciudadanas y obreras podrían parecer meros accidentes reivindicativos, al margen de la gran narrativa emancipadora.
Ante la ofensiva sin precedentes del capital que ha acompañado esta última crisis la ciudadanía se está defendiendo, organizando y autoconvocando, de mil y una maneras. Ha quedado desbordado el ámbito de actuación de las organizaciones que hasta ahora venían ocupando en gran medida el escenario de la reivindicación y surgen nuevas iniciativas y propuestas. En cierto sentido, eso es también Dempeus per la Salut Pública, organización a la que me siento especialmente orgullosa de pertenecer. Pero ninguna actividad puede ser excluyente, y los hombres y mujeres de Izquierda Unida están también presentes en todo lo que se construya desde la defensa de los derechos y las izquierdas, aportando sus propios argumentos y experiencia. Parafraseando con licencia a Karl Marx y Friedrich Engels, podríamos afirmar que las personas de Izquierda Unida sólo se diferencian --si acaso-- del resto de personas que se mueven y luchan por su entrega y su constancia, y porque "mantienen siempre el interés del movimiento enfocado en su conjunto." Quizás sea oportuno al respecto recordar por qué --más allá de la contingencia electoral-- se creó Izquierda Unida.
Según nos recuerdan en esta web de la juventud comunista de El Ejido su objetivo era “ofrecer a los ciudadanos una alternativa de libertad, justicia, progreso, eficacia y bienestar”, ante “la actitud centrista del Gobierno del PSOE en lo económico y su derechización en todo lo referente a la política exterior y de defensa”, y entre sus compromisos fundacionales se encontraba la “salida de España de la OTAN”, la “plena desmilitarización de las fuerzas públicas y cuerpos de Seguridad del estado”, la cooperación pacífica con todos los pueblos de la tierra y solidaridad con el Tercer Mundo (...) Además, exigían “garantía de mantenimiento de las pensiones” y defendían una “política de conservación y mejora medioambiental para detener el preocupante deterioro ecológico de muchas áreas de España”.
Creo que el programa fundacional sigue siendo de gran actualidad... y me alegra que con el tiempo esas fotos sepias de la época, tan llenas de hombres (y sólo hombres), muestren por otro lado, y de forma tan evidente, la caducidad de un machismo del que no se libraban las izquierdas y que transmitía también otros valores nada positivos, que convendría desterrar por siempre jamás (aunque cuesta hacerlo y reconocerlo... ¡vaya si cuesta!). Pero la verdad es que Izquierda Unida en estos 25 años ha sabido incorporar valores feministas, como también ha luchado por defender conquistas sociales fundamentales.
Si de alguna cosa del Parlamento español me he sentido especialmente orgullosa en estos dos últimos dos años, ha sido la defensa que Gaspar Llamazares ha hecho de la sanidad pública. En el acto de presentación del libro "La izquierda frente a la privatización de la sanidad" Llamazares se quejaba de lo difícil que era, con las escasas fuerzas parlamentarias, poder dar abasto a todos los frentes (¡y se refería solamente a la sanidad...!). Pues de tod@s nosotr@s (y por tanto también de Izquierda Unida) depende que las cosas empiecen a cambiar...
Enhorabuena pues, a Izquierda Unida en sus 25 años. Desde Esquerra Unida i Alternativa me reclamo Izquierda Unida (y no les voy a contar ahora lo de la naranja y los gajos que en otro contexto supo explicar Gregorio López Raimundo) pero bueno, por ahí va.
Una tarea importante ahora es también que se reconozca con valentía la pluralidad de las izquierdas en Izquierda Unida y fuera de ella, y consigamos llegar a este punto de inflexión en la democracia en el que se empiece a arrinconar este bipartidismo empobrecedor, caduco y sobre todo, tan fiel servidor de los intereses de Wall Street y los lobbies de Bruselas.... Que ya es hora de demostrar que hay otra manera de entender la política, la economía, las relaciones sociales entre personas y con el planeta... y que hay otra manera de estar en el mundo mejor, mucho mejor, con vida y trabajo para los desahuciados de los mercados, con menos desigualdad social y una convivencia más fraterna.
Y para las personas que estén este fin de semana en Madrid, una muestra de lo que digo la pueden ya tener el próximo sábado en la Plaza de las Vistillas:
Han escrito o escribirán sobre los 25 años de IU:
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