
"Miguel Núñez fue un héroe de nuestro tiempo, forjado en las excepcionales circunstancias de la guerra civil y la larga dictadura franquista […], uno de los constructores de la razón democrática a lo largo de casi cuarenta años de dictadura […], un punto de referencia para los jóvenes que nos movíamos en la clandestinidad, fuéramos o no fuéramos comunistas." Así habló Manuel Vázquez Montalbán en el prólogo de La revolución y el deseo.
No me es fácil hablar de Miguel Núñez, uno de los padres nobles de la izquierda. No lo es porque deseo una cierta contención para no caer en la gratuita hagiografía que podría ser vista por los jóvenes de hoy día como la de un monje urbano. Justamente lo contrario del compromiso de Miguel. Cierto, “era un héroe de nuestro tiempo”, pero de carne y hueso; un héroe de una enorme sencillez convivencial. Una persona lúcida, capaz de dejar sentado algo tan macizo como lo que él mismo dice en La revolución y el deseo: “El pasado nunca es un refugio confortable al cual sea posible regresar. Pero también es cierto que nadie se adentra en el futuro olvidándose de dónde viene”. Sobrio –casi románico, se diría— sabiendo que hay que administrar su congénita socarronería para otras ocasiones. Pero dejemos que otros testimonios nos den una aproximación de nuestro hombre como, por ejemplo, en Miguel Núñez, un portal creado por un grupo de amigos. Y quien desee entrar más en detalle, vea lo que escribió Isidor Boix Adios Miguel. Miguel Núñez, mi jefe, mi jefe, amigo.
Nuestra intención es rendir un homenaje a Miguel Núñez en Barcelona allá por otoño. Precisamente para ello se ha creado un portal La dignidad de la política, cuya estafeta (palabra de viejas resonancias nuñecistas) se encuentra en http://ladignitatdelapolitica.net/presentacio. Recorran ustedes esta web y sabrán tanto al respecto como los organizadores. Y verán a nuestro protagonista, Miguel Núñez, que por decirlo con Thomas Mann, fue un “hombre de gran formato”.
Radio Parapanda. Suena una canción que hubiera hecho las delicias de Miguel Núñez: Hasta la vista cocodrilo. Por Los Llopis.
