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José Luis López Bulla LA MANIFESTACIÓN BARCELONESA APUNTA A ... (2)
José Luis López Bulla





Ayer quedamos en dos cosas: una, la manifestación barcelonesa contra los recortes sociales fue, cuantitativamente, muy importante; otra, a partir de todos los datos (los reales y los inmateriales) la amplia coalición de sindicatos y asociaciones convocantes puede estar en buenas condiciones para seguir la presión.


También dijimos que en el proceso anterior se han dado una serie de elementos que convendría retener. De un lado, el diálogo que –en algunos casos por primera vez-- se ha dado entre unos y otros sujetos sociales; de otro lado, la capacidad de síntesis unitaria entre todo ese entramado societario. Digamos que, utilizando las categorías gramscianas, el carácter orgánico de esa acción colectiva ha sido expresamente la defensa de lo público, compartido ampliamente por las organizaciones protagonistas de la convocatoria. Un desafío que convendrá mantener y ampliar, porque pintan bastos, según todos los indicios, tras las próximas elecciones autonómicas y municipales.


En ese orden de cosas, parece que conviene que nadie se líe la manta a la cabeza. Esto es, que no se desvirtúe tal carácter orgánico: la defensa de lo público, expresada de manera unitaria. Y como se dice a menudo en Parapanda, la unidad se hace mientras que la división se justifica o teoriza. Lo que comportaría, de un lado, que las organizaciones mayoritarias no se excedan en unas formas de actuar que podrían justificar descuelgues y, de otro lado, que los grupos no tan mayoritarios entiendan que su papel, --sin ser subalterno, ni cola de león— no puede ser cabeza de ratón. Hablando en plata: la unidad, como agregación, es la condición, al menos necesaria –ya veremos si es suficiente— para abordar la ingente, compleja y necesaria batalla por lo público. Cosa que se complicará evidentemente en el terreno político dentro de una semana.


Los movimientos sociales están a la altura. Falta saber, ahora, en qué estado de ánimo se encontrará la izquierda mayoritaria después de sonar los claros clarines de los resultados electorales. Si no se dan por enterados, seguirán incapacitados para dar un giro copernicano; si entran en una fase de espíritu chuchurrío, sucederá tres cuartos de lo mismo. Si no se propicia, por difícil que es efectivamente, el inicio de un largo recorrido de situaciones unitarias, la defensa de lo público tendrá un evidente déficit de representación política. Quede claro, hablo de empezar, iniciar, situarse en la primera página del libro.


Repito, los movimientos sociales están a la altura. Y lo estarán, todavía más, si son capaces de transformar esta alianza coyuntural en algo permanente. Por ejemplo, en la elaboración de un pacto cívico de defensa y promoción del Estado de bienestar.
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