
Acabo de llegar de Asturias. Suena el móvil, una voz –amiga desde hace muchos años— me da una terrible noticia: Carles Navales ha muerto. De repente, en la estación de Flaçà de la Selva (Girona), cuando se disponía ir a Barcelona.
Me es muy difícil hablar de Carles en estos momentos. Era un gran amigo y compañero de viejas luchas sindicales. Desde hace años dos veces al mes comíamos juntos dos jueves al mes junto a Manolo Gómez Acosta. Para Manolo (que me ha dado la noticia) y un servidor es un trago muy duro. Por eso, cuando pasen unos días, escribiré algo, largo y tendido, que tenga cara y ojos. De momento, sirvan estas líneas como primera información para sus compañeros de Comisiones Obreras (su sindicato) y Ugt. Para todos sus amigos