COMPARTIENDO LA ILUSIÓN DE LA IZQUIERDA
Una pareja alborozada ante la idea que aquí se expone.
Hace unos días un grupo de relevantes intelectuales y artistas presentó un importante Manifiesto que se encuentra en http://www.unailusioncompartida.com/. Breve, sencillo –románico puro, se diría— y con una profunda carga emancipatoria. Para muestra, ahí va el botón como broche de oro del material:
“”Se necesita el apoyo y el esfuerzo de todos, porque nada está escrito y todo es posible. El mundo lo cambian quienes, desde los principios y el compromiso cívico, se niegan a la injusticia, rompen con la tentación del acomodo y se levantan y pelean dando sentido a la ilusión. La memoria de la emancipación humana exige una mirada honesta hacia los valores y el futuro. Nosotros estamos convencidos de la necesidad de reconstruir el presente de la izquierda. ¿Y tú?””
Bien dicho. Entiendo que se trata, de momento, de una interpelación a combatir la injusticia y, desde ahí, rompiendo la tentación al acomodo y al adocenamiento, reconstruir el presente de la izquierda. O sea, que –también de momento-- es una tarea de siembra. Y, como tal, no conviene aturrullarse, pero el tiempo pasa y no es descartable que, cada día que pase, las cosas puedan empeorar así en la Tierra como en el Cielo. Por lo tanto, sin aturrullamiento alguno no es cosa de instalarse en el vuelva usted mañana.
En ese sentido, las preguntas (mejor dicho, algunas de ellas) son pertinentes: ¿se trata de construir una izquierda ex novo? ¿de qué manera?. ¿Estamos hablando de reconstruir la izquierda enhebrando sus diversos retales políticos? ¿de qué modo? ¿Se va en la dirección que apunta mi amigo Manel García Biel: un llamamiento en las líneas del “Frente Amplio” de Gaspar Llamazares?
Sea como fuere –sin aturrullamiento, pero dándole a la sesera— es exigible que, dicho metafóricamente, se pase “en horas veinticuatro de las musas al teatro”. Lo primero es lo primero: seguir sembrando, pero en un momento dado hay que saber cuándo es la época de la recolección. Será una siembra posiblemente complicada porque la piedra de Sísifo pesa toneladas. Pero también porque siempre hay en los balates gentes que tienen los celos mal reprimidos.

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