Titular notícies
José Luis López Bulla ASEGURAN QUE ANDREA CAMILLERI ES ...
José Luis López Bulla



Salvo Montalbano se nos está haciendo mayor; Andrea Camilleri, en cambio, rejuvenece cada día que pasa. El comisario de Vigata empieza a tener los achaquillos propios de la edad; el novelista parece que se acerca a una segunda juventud. A Montalbano, de vez en cuando, le duele la cabeza y hasta tiene algún que otro apuro a la hora de nadar; Camilleri, a su vez, describe todos esos fenómenos –y el conjunto del relato— con más frescura que nunca. Ya se sabe: quien tuvo y retuvo guardó para la segunda juventud. Abro un paréntesis: ¿Qué nos hubieran deparado las segundas juventudes de García Lorca y Vázquez Montalbán? Lo cierro.


Esa cofradía de los demógrafos asegura, desde su sedicente academicismo, que cada año que pasa se es un año mayor. Lo que en el caso de Salvo Montalbano tiene toda la traza de ser de ese modo. No obstante, no explican la situación contraria, esto es, ¿por qué en Andrea Camilleri la situación es radicalmente a la contra? De ahí que este blog haya consultado al escribiente de Rouco Varela quien, tras consultas con el mando, nos ha dicho: “Pacto, pacto clarísimo con el Demonio”. Lo que nos ha llevado a interpelar al Jefe del Averno con el siguiente texto: “
Pape Satàn, pape Satàn aleppe, ¿os ha vendido su alma Andrea Camilleri? La respuesta no ha tardado en llegar: “Sepa usted, caballero, que aquí no andamos con trapicheos. Lo prueba el hecho de que en el frontispicio de esta posada hay un enorme letrero que dice `Reservado el derecho de admisión´, y no el rótulo que explica aquel famoso florentino. Sepa usted pollo pera que aquí viene y se queda quien lo desea. Aquí está lo más granado de la ciencia, las humanidades y las artes. Si don Andrea quiere venir, aquí nos tiene. Aunque le deseamos que tarde pues el país donde florece el limonero merece que nuestro hombre siga dando por saco a la reacción. Sepa, además, mozuelo que este es un lugar que, con el paso de los tiempos, se ha ido adecentando y adecuando a las comodidades. Por ejemplo, tras la llegada (voluntaria, por supuesto) de Anselmo Lorenzo y otros exponentes del sindicalismo de Parapanda, no tuvimos más remedio que poner aire acondicionado, lo que fue celebrado como una mejora substancial de las condiciones de vida. Y no se hable más”.


¿Por dónde iba? Ah, si. Por el misterio de Camilleri… Pues bien, no desvelaremos ese secreto. Que cada cual lo descubra leyendo “El campo del Alfarero”, el libro que está haciendo furor en toda Parapanda.


Últimes Notícies