La reforma de la Constitución se ha escrito al dictado del FMI, del BCE y de la Unión Europea –especial de los países dominados por el eje franco-alemán… po por la Sra. Merkel. Pero de hecho se trata de la extensión del sistema tan lejano a la equidad de los Estados Unidos, con sus dictados de desigualdad y privatización, si fuera posible, de todo el planeta. Lo explicaba muy bien Noam Chomsky hace pocos días, en un artículo de mayor extensión y que trataba también otros temas. Pero por lo que se refiere a privatizaciones y desigualdades, nos decía que los EE.UU. habían detentado el máximo poder después de la Segunda Guerra Mundial, cuando, literalmente, la mitad de la riqueza del mundo era suya. Sin embargo, ya a principios de los 1970, su participación en la riqueza global había disminuido a cerca del 25 por ciento, y el mundo industrial se había convertido en tripolar: América del Norte, Europa y el Este de Asia (en aquel entonces con sede en Japón).
La economía empezó a cambiar de forma importante en la década de los 1970 hacia la financiarización de la producción y la exportación, pero dio un vuelco definitivo en los años 90. A nivel interno, convergieron varios factores que crearon un círculo vicioso de extrema concentración de riqueza, sobre todo en la fracción superior del 1 por ciento de la población como ya nos recordó Stiglitz, lo cual indujo a la concentración del poder político y a que por tanto las políticas del Estado siguieran el proceso de concentraran de la riqueza con la fiscalidad sesgada, la desregulación, y muchos elementos más: uno de ellos, que los costos de las campañas electorales se dispararon y el capital se puso a los partidos en el bolsillo. Las elecciones se transformaron en una farsa dirigida por la industria de las relaciones públicas, como demuestra el hecho de que después de su victoria en 2008, Obama ganara un premio por la mejor campaña de marketing del año. En la prensa de negocios, los eufóricos ejecutivos explican que venían comercializando candidatos como mercancías desde Ronald Reagan, pero que el 2008 fue su mayor logro. Y ya se frotan las manos porque las elecciones del 2012 tendrán un costo de $ 2 mil millones, que procederán en su mayor parte de la financiación empresarial. . A nadie le puede extrañar entonces que Obama (ni Artur Mas, porque cada vez más son más los países de Europa que se encuentra bajo el rapto neoliberal) seleccione líderes empresariales para los puestos más destacados de su gobierno, aunque la gente esperara otra cosa de sus gobiernos.
La riqueza y el poder se han concentrado en una franja muy estrecha, sufriendo con ello la equidad y la justicia. Para la mayoría de la población los salarios reales se han estancado, y han ganado menos por más horas de trabajo, mientras las deudas y el desmantelamiento del entramado regulador a partir de la década de los 80 aumentaba la precariedad, el paro, el desasosiego…. Aunque nada de esto es demasiado problemático para los muy ricos, que se benefician de la póliza de seguro del gobierno llamada “demasiado grandes para quebrar” mientras, como ahora ya todo el mundo sabe, la secretaria de Warren Buffet paga más impuestos que su multimillonario jefe. Chomsky lo explica con toda claridad: los bancos y las empresas de inversión puede realizar transacciones de riesgo, con grandes beneficios, y cuando el sistema se bloquea, pueden acudir al Estado para el rescate con el dinero de los contribuyentes mientras blanden los libros de Friedrich Hayek y Milton Friedman. E insiste: Desde los años de Reagan, cada crisis ha sido más extrema que la anterior para la población en general. En este momento, el desempleo real está en los niveles de la Depresión (aunque nada demasiado grave si lo comparamos con el de España que hoy mismo hemos sabido que ha vuelto a subir), mientras que Goldman Sachs, uno de los principales arquitectos de la crisis actual, es más rico que nunca. Pero no sirve de nada llamar la atención sobre los desaforados beneficios y los bonos de los grandes ejecutivos, ya sean de Goldman Sachs o de la CAM, porque a lo que se da publicidad es a lo que cobran los trabajadores del sector público, sus salarios, sus pensiones, y así hasta imitar también en Catalunya la fantasía reaganiana de madres negras en limusina cuyo chófer las lleva a recoger el cheque de la asistencia social… (¿No les suena, en menor escala, las mentiras que se dijeron son quienes percibían el PIRMI?)
En estos momentos se trata de machacar al personal de los servicios públicos de educación y salud, en un intento deliberado por destruir el sistema de educación pública desde preescolar hasta la privatización de las universidades. No sólo en los Estados Unidos. También en España y Europa, para seguir desmantelando los servicios básicos de bienestar, los que pueden permitir una distribución progresiva de la renta o mejorar las oportunidades ¡de cuidado médico, de salud! de las personas más necesitadas. Son buenas medidas para los ricos, pero un desastre para la mayoría de la población.