Los periódicos de ayer de Catalunya repetían las mismas afirmaciones hechas por Bou Ruiz a la agencia EFE y ya comentadas en este blog en el post anterior. También las repitió ante la Comissió de Salut, en presencia de hombres y mujeres que velan por la salud pública de verdad al permanecer en guardia en los CAP cerrados a las urgencias nocturnas por los “ahorros” decrertados por la Conselleria. Ayer, al oír chapotear al señor Ruiz en la Comissió de Salut del Parlament, me vino a la memoria otro escrito de mayor altura y en el cual, en base a los Fundamentos científicos de las intervenciones aportados por la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud de la OMS sobre la responsabilidad del mercado en la salud, podemos leer:
“La salud no es un producto comercial. Se trata de un derecho y de un deber del sector público. Por ese motivo, los recursos destinados a la salud deben repartirse de forma equitativa y ser universales. Hay tres cuestiones importantes que están relacionadas entre sí. En primer lugar, la experiencia muestra que la comercialización de bienes sociales esenciales, tales como la educación y la atención médica genera inequidad sanitaria. La prestación de tales bienes sociales esenciales ha de estar regida por el sector público, y no por la ley del mercado. En segundo lugar, el sector público ha de tomar las riendas para poder garantizar una reglamentación nacional e internacional eficaz de los productos, actividades y circunstancias que perjudican la salud o generan desigualdades sanitaras. Estos dos imperativos conllevan un tercero: la evaluación periódica y competente de los efectos de la equidad sanitaria de todas las políticas formuladas y de la regulación del mercado debe institucionalizarse a nivel nacional e internacional. La Comisión considera que determinados bienes y servicios, tales como el acceso a agua potable o a la asistencia sanitaria, forman parte de las necesidades básicas del ser humano y la sociedad. Dichos bienes deben estar a disposición de todo el mundo, con independencia de su capacidad de pago. Por tanto, en estos casos, ha de ser el sector público, y no el mercado, quien garantice una oferta y un acceso adecuados. Para garantizar el suministro de bienes y servicios esenciales para la salud y el bienestar, como el agua, la atención de salud y unas condiciones de trabajo dignas, y controlar la circulación de los productos perjudiciales para la salud (como el tabaco y el alcohol) el sector público ha de tener un firme liderazgo. Muy a menudo las condiciones laborales y de trabajo –en muchos países, ricos y pobres– son desiguales, insalubres, peligrosas y generan explotación. Habida cuenta de la importancia de disfrutar de buenas condiciones laborales y de trabajo para tener una población y una economía saludables, el sector público ha de tomar las riendas a la hora de garantizar el cumplimiento progresivo de las normas laborales internacionales y apoyar el crecimiento de las microempresas.(…) La función directiva del sector público no elimina la responsabilidad y la capacidad de otros actores: la sociedad civil y el sector privado. Los actores del sector privado son influyentes y pueden contribuir en gran medida a la equidad sanitaria mundial. No obstante, hasta la fecha, iniciativas como las emprendidas en el marco de la responsabilidad social empresarial han tenido un efecto real limitado. Es posible que la responsabilidad social empresarial sea una vía eficaz para avanzar, pero hacen falta datos concluyentes que lo demuestren (…)”
Y, si se me permite apostillar, no sólo se consiguen efectos muy limitados desde la responsabilidad empresarial privada, sino desde la individual, la de cada uno, en la que tanto insiste el Conseller (sabiendo de sobra sus limitaciones). Pero es que el Conseller parece empeñado a llevarnos a callejones sin salida… O más bien, con la única salida de los repagos, las privatizaciones, o el desembarco del sector privado, como ya apuntaba hace pocos días el conseller Mas-Colell invitando al sector privado a ocupar el sector público.
Desde la sociedad civil que está perdiendo el miedo y no acepta explicaciones como las dadas ayer por el conseller, ni que la salud sea cosa de cada uno, ni otras triquiñuelas ni falacias de gallinero, me enorgullece de manera especial en pertenecer a la organización Dempeus per la salut pública , les recomiendo leer lo publicado al respecto sobre la comparecencia y las reflexiones del Dr. Antoni Barbarà Molina sobre el suppuesto cambio de modelo sanitario. Por mi parte, sólo quisiera añadir que no sólo coincido con la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud en que NO hay datos sobre la eficacia del sector privado, sino que cada vez son más las pruebas –procedentes de todo el mundo donde se produce la privatización de la salud– que abundan y demuestran todo lo contrario.
Lecturas que recomiendo humildemente al señor Ruiz para sus conferencias en Esade y, sobre todo, para sus comparecencias en el Parlament (si es que antes no dimite).