¿Y SI LOS TECNÓCRATASSOLUCIONARAN LA CRISIS?
¿ Y SI FRACASARAN TAMBIÉN?
Miguel González Zamora*
En los últimos dos años se ha evidenciado quees la economía la que gobierna el mundo. Tal vez porque los políticos se handejado comer el terreno y no han sabido gobernar la crisis, No han dirigido laeconomía con criterios de eficacia. Si a estas alturas de la crisis yasólo se trata de gobernar bien laeconomía, parecería lógico que lo hagan los verdaderos expertos en economía.
El desplazamiento de los políticosen aquellos lugares en que han evidenciado su incapacidad puede ser un problemapara éstos, para los políticos. ¿Se resignarán a no gobernar? ¿Cómoreaccionarán los cientos de políticos, o aspirantes a serlo, cuando vean truncadas sus carreras? Llevan añospeleando en el escalafón de ascensos y difícilmente se resignarán a verinterrumpidas o rotas sus aspiraciones.
Y si los ciudadanospercibiéramos claramente que han sido, al final, los tecnócratas quienes noshan sacado de la crisis ¿cambiarían los políticos el chip y entenderían lapolítica como lo que es: el arte de gobernar bien la ciudad y no el arte deconquistar el poder. Gobernar bien es básicamente conseguir bienestar y riquezapara los ciudadanos y ciudadanas y distribuirla con justicia, que todos y todassean cada vez más libres y felices y, por supuesto, que se lleven muy bien yque en ningún caso se peleen.
Estos objetivos hay quebuscarlos con criterios de eficacia, no con el criterio de conquistar omantenerse en el Poder. Justamente lo contrario a lo que han hecho políticoscomo Rosa Aguilar o Belloch cuando enfrentaron a unos ciudadanos con otrosporque se había concedido un premio a una ciudad que o era la suya, hastametieron a Bildu y ETA por medio. No dudaron en azuzar a unas ciudades contraotras con tal gobernar o seguir gobernando. Bueno, es lo que hace continuamenteel eterno aspirante a Ministro, el de la “suite” del Pálace. ¿Qué le importa a él que se peleen los mortales? Probablemente eso noserá pecado y si lo fuera bastaría con confesarse. A propósito del Sacramentode la Confesión:Cuando leí en el “Mundo” las primeras noticias sobre la supuesta corrupción deJosé Blanco, mi primera impresión fue que se trataba de una manipulación más dePedro J. y probablemente sea sólo eso, pero dudé cuando José Blanco dijoaquello de “soy creyente y tengo mi conciencia tranquila”. Dudo porque sicuando dice creyente se refiere al único Dios verdadero, es decir el de loscristianos, puede haber cometido las “irregularidades” de las que hablan ytener la conciencia muy tranquila, basta que se haya confesado.
Ante tanto político mediocre,a nivel nacional y europeo, podemos preguntarnos: ¿Qué pasará con ellos si enunos años los ciudadanos percibimos claramente que han sido los tecnócratasquienes nos han sacado de una crisis que los políticos no supieron gestionar? ¿Y si también fracasan los tecnócratas, qué nos quedará?
MiguelGonzález Zamora es abogado laboralista.