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José Luis López Bulla LA LEGISLATURA TERMIDORIANA
José Luis López Bulla
Homenaje a Ángel Rozas



Mariano Termidor en sudiscurso de investidura habló de acercar las pensiones de jubilación a todo elperiodo laboral de cotización a la Seguridad Social. Todas las izquierdas se manifestaron en contra. Asíque es legítimo esperar que quienes se han manifestado de ese modo (empezandopor los socialistas) sean consecuentes cuando llegue el momento de la verdadtermidoriana: algo de ello dijimos ayer en  LO QUE HA DICHORAJOY


¿Cuál es el objetivo de tal medida? Sólo y solamenteéste: provocar que el personal se apunte a los fondos privados de pensiones. Asílas cosas, no haría falta que tales fondos fueran obligatorios en la línea delo que apuntó el consejero catalán sanidad, el Enviado del Cielo de las Mutuasen la Tierra. Setrata de poner otra pica en el Flandes de lo que Duran i Lleida llamó en sudiscurso del lunes la sociedad del bienestar. Esto es, un constructo cuyofondo es el adelgazamiento  progresivo delelenco de protecciones sociales que redistribuye y administra el Estado. Porcierto, no se dejen engañar por el voto de la cofradía nacionalista de Duran enel discurso de investidura: su no seirá difuminando, a lo largo de la legislatura termidoriana en los terrenos económicosy sociales: la pela és la pela. Y lascoartadas de ambos –de convergentes y sedicentes populares-- serán una asociaciónde socorros mutuos. En fin, cosas veredes.

Dicho lo dicho y visto lo visto, les dejo a ustedescon las primeras declaraciones de don Lluis Casas tras levantarse de la silla alacabar el discurso termidoriano de investidura. Habla don Lluis:

Con el paso del tiempo ycon la degradación del formalismo democrático los debates importantes en el Parlamentotienden a convertirse en aburridos e inconsecuentes encuentros entre amigos,conocidos y futuros consuegros, independiente mente de la acidez aparente delverbo y a pesar de los esfuerzos de insignes parlamentarios de ciertasminorías, todo hay que decirlo.

El debate de investidura,iniciado ayer, no es más que un nuevo paso en este proceso degradatorio delparlamentarismo.

Es evidente que donMariano tiene poco que decir, lo hemos aprendido a lo largo de múltipleslegislaturas en las cuales su figura parlamentaria, de ministrable, deministro, de candidato y finalmente de futuro presidente nos ha dado pocasalegrías y ninguna sorpresa. El hombre esconde su verdadera insignificancia ensu carácter gaélico y la barba, poco dado a la expresión y a la palabracomprometedora y más dado a la maniobra oculta, pero lo cierto es que nunca hatenido mucho que decir y ahora tampoco. De hecho, su verdadera carrera empezóel día en que don Manuel le recomendó con voz de ordeno y mando lo siguiente:“cásese y márchese a Madrid don Mariano y no me líe más en Galicia, donde todose sabe. Allí tendrá el futuro asegurado.”

Del discurso de ayer dedon Mariano no hay nada que pueda significarse, no hay novedad, no haycompromiso y no hay modelo más allá de lo obligado por las nuevas autoridadesgubernativas de la UE. Don Marianoaboca por cumplir los compromisos sobre el déficit público y nos enreda en unmar de palabrería respecto a la ocupación, es decir el crecimiento económico.Se mete en berenjenales educatorios y advierte de lo mal que está el asunto yde lo optimistas que hemos de ser respecto al futuro. Tal que un horóscopo, sieres sagitario tendrás un buen asunto económico entre manos, pero no debessalir de casa por riesgo de accidente.

No hay novedad, nisiquiera en la forma de plantear su discurso, con papeles y con pérdidaocasional de orientación en cuanto la brújula preescrita se extravía. Para nodecir nada, es mucho lo que necesita de muletas y muletillas. Incluso los datosmanejados son inciertos o, tal vez, provinentes de alguna fundación aznariana.Ni en eso, el manejo de datos conocidos, ha demostrado solidez.

No quiero decir con elloque el hombre no tenga un largo recorrido, ya saben, a base de decidir más bienpoco y dejar hacer al tiempo, algunos consiguen ser enterrados con el cargo almodo del comunismo hereditario coreano. Aunque hoy por hoy más parece necesariauna oferta de gobierno clara, realista e imaginativa, huyendo de prescripcionesideológicas sin fundamento económico.

Nada de esto habrá y simucho más de lo mismo y a trancas y barrancas. Don Mariano deberá contentar deun modo u otro a los que le presentan las facturas del poder, intentará hacerlocon el disimulo propio de la mafia gallega y no con el bronco descartevallisoletano, pero habrá de hacerlo. La banca, las patronales, los avariciososdel negocio están a la espera, mientras tanto cumplirá, en lo que el paíspueda, con la receta de caballo alemana, por cierto siguiendo el plan de supredecesor. Un brillante modo de empezar.

Los cambios atenderán alos modos, estando como está el PSOE postrado y entregado no es de prever unaoposición corsaria al modo de estas dos últimas legislaturas, ni siquiera almodo que sufrió don Adolfo cuando al PSOE le apretaba la ansiedad. Esto noes malo si permitiera centrar los debates y clarificar posiciones, resultados yentendimientos, si, por el contrario, se convierte en un duelo de sordos con elvolumen al mínimo entiendo que el público preferirá ir a ver a Tintín alcinematógrafo.

Tal vez, una vezinvestido, el anuncio de la composición del gobierno diga alguna cosa de mayorclaridad o entidad. La clave está en dos o tres cuadriculas del tablero, elministro de economía, el gobernador del Banco de España y el defensa central,el de interior. Los primeros en clave económica, la parte más que fundamentalde la legislatura, el segundo en clave ETA y de agitación callejera. No es unapredicción provinente de Delfos hurgando en los hígados de un pollo, es lareceta para tiempos de paro, simplemente y entendiendo que el gobierno federalya no gestiona, lo hacen bajo insuficiencia financiera las CCAA y losayuntamientos, que será, los pringados en el asunto, como ya vemos en Catalunya.


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