Discúlpenmeustedes por un encabezado tan profano y a la vez teóricamente muy técnico, unconcepto que requiere en todas partes, en la administración, en las empresas eincluso en la economía familiar, mucho tacto, abundante discreción y unaajustada planificación. Pues bien, desde hace unas semanas el tema de debate,comentario y crítica en los medios y en la calle es ni más ni menos que losproblemas de tesorería de algunas administraciones.
La Generalitat deCatalunya rizando el rizo superó ampliamente el record mundial de malasnoticias y lo que es peor comunicó urbi et orbi sus problemas, de modo que “losmercados” financieros advertidos por la propia víctima, encarecían el coste dela demanda de crédito obligada. Para la Generalitat en exceso verborréica le suponíamayor coste y más rentable para los bancos. Todo ello, innecesariamente desdeel punto de vista de los pagos y los cobros. Una maniobra fina que implicacostes nada despreciables simplemente por irse de la lengua. ¿O no es solo eso?
Esdifícil imaginar una torpeza mayor que la del gestor económico comunicando almundo sus duras condiciones para pagar lo innombrable, la nómina. Eso soloocurre cuando la empresa está en quiebra y ya no hay refugio donde esconderse.Es lo contrario de lo que ha hecho la otra Generalitat,la valenciana que, birlibirloque, esquivó una escasez de fondos sin propagarloy sin citar la nómina (la forma se ha protegido bajo una capa de silenciosiciliano.
Ala torpeza catalana, que existe y en excesiva abundancia, pienso que hay queañadir una maniobra política de enorme riesgo y con costes económicos quepodrían asustar al público si se supieran. Esa maniobra consiste en presionaral gobierno federal entrante del PP para obtener resarcimientos pendientes queel PSOE esquivó con tan malas artes como las propias de la Generalitat. Recuerdanesos 750 millones del ala.
Esdecir, lo que les cuento es que pienso que se está utilizando políticamente lacrisis en su aspecto puramente financiero para aglutinar mayor número departidarios del váyanse ustedes a paseo, estamos hartos, simplemente paraarrancar una hipotética negociación en torno de eso un tanto incomprensiblecomo el pacto fiscal. Y lo dice un partidario del concierto solidario.
Sinceramente,yo no necesito tamañas malas artes que cuestan al erario autonómico y por endea ustedes y a mí, sus buenos miles (o millones) de euros, como incremento deltipo de interés que subyace a todo reconocimiento de dificultades de tesorería.
Noha sido la primera vez que la escasa templanza política cuesta al contribuyentesus buenos cuartos, el hijo del jefe ya hizo, solo empezar la legislatura, unaexhibición de su buen hacer en cuestiones que ni entiende, ni es capaz decaptar. Revisen las hemerotecas y verán. Ello no fue un desliz, viendo ahora elprovecho que intentan sacar de la misma chapuza en estas últimas navidades. Dala impresión de una falta total de gestión realmente económica de asuntos tandelicados como la deuda, los intereses, la información financiera interna yotras muchas cosas.
Atodo ello, yo me pregunto hasta que punto es cierta e inmanejable la situación. Lastensiones de tesorería son perfectamente predecibles y absolutamentegestionables con tiempo y con tiento. La paga extra navideña está en elcalendario, al menos, desde hace 64 años, según mi testimonio personal, luegono hay sorpresa alguna. Y, si la hubiera, todo gestor de tesorería tiene enreserva contratos acordados e incluso firmados para que cubran eventualmentealgún tsunami sorpresivo. De hecho es lo que sucedió posteriormente al aflorarun conflicto repleto de trampas, errores y chapuzas que obligó a buscar conurgencia un crédito que evitara sino la cárcel al menos los tribunales a unoscuantos. El Banco de Sabadell hizo el favor y cobró por ello. ¿Por qué puesesperar? Ahí está el asunto.
Losobjetivos no solo estaban en Madrid, también en los sindicatos de lostrabajadores públicos catalanes y en los propios trabajadores. Un método paraasustar y conseguir aplicar los recortes salariales y la reducción de derechossociales. Volvamos a la edad media.
Unaviso para navegantes sin derrota prevista, todo lo que suceda a la funciónpública, menos salarios y menos derechos, sucederá aumentado fuera de ella. Nose me piensen que hay privilegiados que merecen todo lo que les pasa.
LluisCasas, reclamando intereses de demora