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José Luis López Bulla CON EL JUEZ GARZÓN
José Luis López Bulla

Causabochorno a cualquier ciudadano mínimamente informado la persecución judicial ala que ha sido sometido el Juez Baltasar Garzón. Lainstrucción sumarial y los tres casos que se acumulan contra él son hechos bienconocidos que implican una clara decisión previa de incriminación delmagistrado que se atrevió a investigar una de las tramas de corrupción másrelevantes que afecta al PP, hoy partido que gobierna todos los segmentos de laadministración pública estatal, de comunidad autónoma y local. Para mayorinfamia, se ha convocado el próximo día 24 de enero, cuando se cumplen 35 añosdel asesinato de los abogados laboralistas en el despacho de Atocha, laapertura de juicio oral al juez Garzón acusadode prevaricar al ordenar investigar los crímenes del franquismo. Una coincidenciaposiblemente buscada como forma de manifestar una vez más el desprecio haciaquienes fueron eliminados físicamente por los aparatos militares y policialesde la dictadura franquista. La Asociación Xustiza eLibertade de Galicia,ha hecho pública una nota sobre el juicio a Garzón que se publicará en los periódicosautonómicos. Martin Movilla laha enviado a su corresponsal en Parapanda y nosotros lo publicamos con granplacer. Se llama "El derecho a investigar" y se coloca a continuación.



EL DERECHOA INVESTIGAR



El Derechoes un instrumento para resolver los problemas de convivencia de la ciudadanía.Son las normas que nos damos para regular los comportamientos en Sociedad.

En laabogacía sabemos hasta qué punto es necesario tener una "imaginacióncreativa", para buscar soluciones jurídicas a los problemas humanos que senos presentan, a veces muy complejos y acuciantes.

Y elDerecho es, además, una herramienta útil, en la medida en que, con plenorespeto de unas reglas de juego -las normas procesales como garantíafundamental-, combinamos preceptos, acuñamos expresiones y vamos alumbrando,con mas o menos osadía, nuevos caminos.

Pero elcuerpo legal no debe petrificarse. La evolución natural del Derecho empieza poresos ensayos concretos que la abogacía presenta como pretensiones en losjuzgados. Ya sea el derecho de los familiares a saber dónde están enterradossus muertos, o a denunciar conductas corruptas, o a entregar en pago el pisopor la hipoteca. La aspiración del ideal de Justicia es siempre el horizonteinfinito.

Y,prosperen o no, puede caber recurso –siempre, en el caso de la Justicia Penal-.Y puede accederse, por consiguiente, a un Tribunal Superior colegiado, queestima o desestima, no siempre con unanimidad, esa demanda. Incluso formulandoalgún magistrado un "voto particular" discrepante con la opiniónmayoritaria, que acata, pero contra la que argumenta razonadamente. Y estadiscrepancia, que es la semilla de la evolución, nunca puede considerarsedelito.

Sitoleráremos que la discrepancia de los jueces se convirtiera en delito deprevaricación, estaríamos acabando con la independencia del poder judicial, yencerrándolos en la pobreza mental del pensamiento único. El cual, comoaseguraba Saramago, deriva hacia el pensamiento cero, hacia elelectroencefalograma plano.

Por todoeso, el triple procesamiento del juez díscolo no encaja en absoluto en la lógica,sino en la "envidia creativa". La vanidad no es un crimen, pero sí loes, aunque moral, la envidia ciega, el mensaje emitido por los Magistrados de la Sala de lo Penal del TribunalSupremo a la judicatura de instancia: que sepan que si se dedican a investigarla corrupción, les va a salir muy caro. Están resucitando la idea de unasociedad estamental: que hay una justicia para los ricos, para los que evadencapitales, para los que trafican con los dineros públicos, para con lospoderosos y con poderosas defensas. Sin ser conscientes –queremos pensar- deldaño que le están provocando a la credibilidad de la Institución.

Sólo quedapor ver si les basta con haber humillado al Juez "estrella"sentándolo en el banquillo, o si se atreverán a condenarlo.

A sabiendasde que cualquier solución es mala para el Alto Tribunal, preferimos que lacordura campe nuevamente por la Sala de los Pasos Perdidos y se dicte una sentencia quereponga la legalidad en la actuación judicial y permita a los jueces deinstrucción seguir investigando con independencia, sin miedo a ser denunciadospor los delincuentes a los que persiguen.

Tenemos enjuego el Estado de Derecho. Y también la esperanza.
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