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José Luis López Bulla ALGO HUELE A ZORRUNO EN HISPANIA
José Luis López Bulla

... Y dios creó a Pacocamps a su imagen y semejanza. 





Don William Shakespeare definió para siempre las crisis políticasvinculadas a la corrupción, a la mentira y a la manipulación, incluido elasesinato y la boda, mediante el sensor olfativo que la evolución nos haproporcionado: Algo huele mal en Dinamarca, dejó escrito. Aunque, segúnreputados filólogos, lo que decía el original es algo huele a podrido enHispania.  Sea como fuere es unasentencia definitiva. La frase se ha repetido múltiples veces cambiandosimplemente la referencia territorial, unas veces olía mal en los USA (laselecciones robadas a Al Gore, por ejemplo), otras en Francia o en la mismaInglaterra.

El presidente del consejo de administración de Parapanda (en otra horallamado consejo de obreros y de campesinos) y yo mismo hemos olido efluviosnauseabundos no hace mucho aquí mismo, en el Principat. En múltiples textos haquedado consignado el pestazo. Por lo tanto podemos afirmar que ese olor esinternacional e intergeneracional, una hedionda versión de la historia que enocasiones se acumula como la niebla cuando no hay viento.

Ese miasma, peor que el que produce el acido sulfhídrico (la famosabomba fétida de nuestra infancia), se está extendiendo por toda la Hispania romana. A la vezque se celebra el juicio de la inquisición contra el juez Garzón, nos llega elresultado del sainete valenciano. Un jurado popular, ¡hay dios!, por cinco acuatro decide que los trajes y todo lo que cuelga lo pagó el ángel de laguarda, dulce compañía, del eminente ex presidente de la Generalitat Valenciana.Y eso coincide con toda la información económica sobre el estado financiero deesa comunidad, una verdadera ruina que desprende una pestilencia insoportable.

Hay otros efluvios que nos llegan hasta nuestras narices, procedentes delos cuatro puntos cardinales, y la fetidez empieza a ser tal que se hacedifícil respirar. Los vientos nos traen olores y hedores de Les Illes, en dondese dirime públicamente cuántos millones se embolsó un expresidente balear (conotras docenas de figurantes interesados). Nos llegan de los USA en donde un altoyerno prepara su retirada intentando evadir lo que pueda de lo que hizo. Nosllega de cada uno de los gobiernos federal o autonómico cuando preparan lastijeras de podar y los regalos a los amigos. Nos llega de la propia Diagonal,en donde la sede de la más insigne entidad financiera expulsa enormes cantidadesde turbios tufos de manipulación de ahorros.

Pobre nariz nuestra que en vez de apreciar aromas, fragancias y esenciasbatalla a diario con pestes de redoblada fetidez.

En las últimas semanas el frívolo comentario de que esto es una mierda ymás valdría vivir en otro sitio a salvo de tan magras reputaciones se haescuchado a menudo, pero hoy ya en la primera hora, a la vez que el sonido deldespertador el clamor es perceptible: mi mujer, el gasolinero, el chico delkiosco, los compañeros de trabajo, el camarero del desayuno y los manifestantesde TMB, todos entonaban los mismos versos. País de mierda.

Ya no es solo por la crisis y sus innumerables efectos sobre la economíafamiliar, sobre el trabajo, sobre la capacidad de sobrevivir, es el ambiente embreado,irrespirable, inaceptable, indigno que se trasluce en todos los medios decomunicación y a tantos niveles que ya no se distinguen las diferencias, aunquelas haya.

Mientras tanto nos anuncian cadenas perpetuas, y yo me pregunto ¿paraqué ladrón de gallinas?


Lluis Casas en el otorrinolaringólogo.

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