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José Luis López Bulla EN LA CALLE O EL FRENO DE EMERGENCIA
José Luis López Bulla



El éxito de las manifestaciones de la jornada esindiscutible. También de las huelgas  (especialmente en Castilla La Mancha) y manifestaciones en el sector de la Enseñanza con elprofesorado y los estudiantes. Ante los datos sólo caben excusas de mal pagadoro el tradicional escamoteo de las cifras.  

El “enemigo” –según la nomenkatura del maderoque dirige la policía valenciana— ha vuelto a salir masivamente a las calles.Con más fuerza, incluso, que el día que lo hicieron las Cincuenta y sieteciudades. Visto lo visto podemos decir, sin exageraciones ni aspavientos, queexiste un elevado nivel de deslegitimación de la contrarreforma laboral o, sise prefiere, de la reforma contralaboral. Así pues, se ha dado –dichosobriamente— de gran importancia. El dato, en esta ocasión, es que los sujetosconvocantes son, además del sindicalismo confederal, un archipiélago demovimientos y asociaciones que hacen suya la cuestión social.  O sea, setrata de un “enemigo” muy variado.

Por otra parte, la gran participación ciudadana enel día de hoy podría ser algo así como, plagiando descaradamente a WalterBenjamín, el freno de emergencia quese pone a las medidas gubernamentales que los manifestantes han contestado tanrotundamente. O, por mejor decir, la primera fase del freno de emergenciaporque las espadas siguen en todo lo alto.    

Sugiero una reflexión a las amistades. ¿No parececonveniente ampliar, para otras ocasiones, una mayor descentralización de latoma de la plaza pública? Porque, siendo importante concentrar a la gente enlas capitales de provincia (y otras grandes ciudades), una gran mayoría depoblaciones se quedan, digámoslo así, al margen de hacer sentir su voz. Unaexperiencia no tan lejana viene a cuento: los Primeros de Mayo se celebraban enBarcelona, Tarragona, Lleida y Girona. Ahora bien, el día 30 de abril semanifestaban Sabadell, Cornellá, Terrassa, Mataró, Badalona, Manresa, etc.Puedo asegurar que en estas ciudades la participación era elevada. Más tarde,por comodidad o, ¿quién sabe?, por la manía de centralizar las cosas fueron desapareciendoestas acciones del día 30 de abril con la idea de que la de Barcelona lucieramás. Mea culpa.

Si en España hay 50 provincias y el otro día semanifestaron 57 quiere decir que ha habido un tímido intento dedescentralización de la protesta. Está bien esa tendencia, pero ya no basta.Creo yo, aunque doctores tiene la iglesia.

Otro día hablaremos de cómo se ha desarrollado lajornada en los demás países de la Unión Europea.


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