Despuésde asistir a través de los medios audiovisuales a las manifestaciones de ayer,estudiantes y sindicalistas y lamentar que como recién operado no convenía quefuera a quemar capitalismo, decidí darme un descanso largo, producto de lafatiga mediática, del cabreo originado por los sombríos comentaristasignorantes y por el intenso dolor de la herida quirúrgica.
¿Aquién se le ocurre operarse en día tan señalado, comentaran ustedes? Todo tienesu explicación, incluso las decisiones del gobierno tripartito de las derechas catalanas. Miintervención estaba programada y como el asunto sanitario está como está, mejorno perder la vez, no sea que no llegue nunca la siguiente oportunidad. Porcierto me operaron bajo el influjo, evidentemente benéfico, de un crucifijo yde un cuadro de madre redentora. No me importó, ni a los sanitarios tampoco. Lohicieron bien. Quedó una pregunta pendiente, ¿el concierto con el centro tienerebaja con esos signos de acreditación, o no?
Enesta última noche de doloroso insomnio y de intento de relajo se me ha ocurridoque en vez de manifestarnos en contra de las privatizaciones, de los recortes ydemás amalgamas ideológico- administrativas que se nos quiere imponer por gentescarentes de lo básico humanamente hablando, les hagamos un corte de mangas ypropongamos eso mismo pero al máximo nivel, por ejemplo se me ocurre losiguiente:
¿Paraqué tener una Presidencia de la Generalitat de carácter público, con todos los problemas dehorarios, emolumentos, días de vacaciones, escoltas, chóferes, etc? Mejor seriaque hiciéramos una concesión a una empresa para que se encargara del ir y venirmadrileño, marroquí o el que sea y que contrataran directamente al socias delPresident en Polonia a efectos parlamentarios y de declaraciones públicas. Dehecho, la reunión de gobierno no merece demasiada atención dado que allí nadase resuelve, no les cuadran ni las sumas. Ahorro generado, inmenso. Mientrastanto, el titular podría ejercer de presidente de La Caixa al módico sueldo de 3millones anuales, cosa que su familia agradecería y, si tuviera la delicadezade no hacerse una SICAV, el fisco también.
Dehecho, algo idéntico podría hacerse con cada uno de los consellers yconselleries, pasarlos directamente a una empresa de consultaría, previoconcurso manipulado, claro está, de forma que recayese en alguno de esoscentros de conocimiento jurídico económico tan afectos a los entornos delactual tripartito. El ahorro, todo y lo caro que resulta actualmente laconsultaría de íntima confianza, seria de órdago. No menos de cuarentaautomóviles, chóferes, guardias y otros aparejos humanos y técnicos necesariospara que los actuales consellers digan las tonterías habituales y metan la patacada tres por dos.
Parael Parlament, todo y la compleja organización que conlleva en encender y apagarmultitud de lámparas, tampoco seria tan difícil acordar con el americano de loscasinos que se encargara de la gestión parlamentaria. El hemiciclo es un lugarideal para convocar tanto subastas, como espectáculos con piernas y no digamosya el bar, en donde las mesas podrían cambiar su uso, simplemente con un mantelverde pálido. La cercanía del zoo ofrece además la posibilidad de incorporar laconserjería a bajo coste, con los recursos que nuestros primos chimpancés ygorilas ofrecen.
Nocrean que estoy todavía bajo la influencia de la anestesia, fue solamente localy no precisamente en la cabeza. Simplemente creo mucho más racional proceder aeste tipo de cambios que obligar a la gente a que busque alivio para su saluden curanderos y brujas mediante seguros privados. O, dejar en manos deincapacitados políticos transformaciones tan delicadas como la educación o lasuniversidades.
Sinos hemos de convertir en una especie de país Groucho Marx, empecemos por elprincipio.
Talvez nos ahorremos esas inmensas manifestaciones de cientos de miles deasistentes en toda España, todos a favor de los recortes, de lasprivatizaciones y de una universidad a-lectora. Hasta ahora nadie ha salido ala calle para poner en duda el recorte, en cambio a favor, la rua está llenadía a día. Como todos vemos simplemente con asomarnos a la ventana.
LluisCasas quitándose un peso de encima.