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José Luis López Bulla REFORMA LABORAL Y AENC II: DOS LÓGICAS INCOMPATIBLES
José Luis López Bulla



Nuestro principal problemaeconómico y social lo constituye, indudablemente, el elevado nivel dedesempleo. Esto dificulta nuestro crecimiento, que unido a las altas tasas deendeudamiento, a la fragilidad de nuestro sistema financiero, a los efectos delajuste fiscal y a un entorno europeo y mundial lleno de incertidumbres, nosdibuja un presente y un futuro lleno de preocupaciones y de retos, a los que elconjunto de nuestra sociedad, y en particular el conjunto de las fuerzas políticas,sociales y económicas, deberíamos saber responder con inteligencia, imaginacióny generosidad.

La gravedad de la situaciónque vivimos nos demanda mucha generosidad y muy poco sectarismo para sumaresfuerzos y voluntades más allá de afirmaciones retóricas, grandilocuentes y aveces contradictorias en función de si se está en el gobierno o en la oposición.Generosidad para reconocer que se han cometido errores a la hora de apreciar la gravedad y la dimensión de la crisis y cometido frivolidades eninversiones que hoy se demuestran prescindibles, sino inútiles, que pagarándurante años varias generaciones.

Hay que reconocer como ungrave error el abandono de  prioridades, que hoy se  han traducido enfuertes debilidades, como son nuestros déficits en educación y en  formación,que están condicionando muy negativamente la salida de la crisis.

Generosidad y humildad parareconocer, por parte de todas la Administraciones, y con ellas el país entero, quedurante muchos años hemos confundido crecimiento con desarrollo, como la palomade Rafael Alberti  confundió el mar con la montaña.

Algunas conclusiones podríamosdeducir del Informe Global Competitiviness Report 2010  realizado por elForo Económico Mundial, donde entre los 139 países analizados sitúa a España enel lugar 14 en materia de infraestructuras básicas, en el  42 en cuanto acompetitividad global, pero descendiendo hasta el 101 y el 107 en educaciónprimaria y secundaria respectivamente. A esto nos referimos cuando decimos quehemos confundido muchas de nuestras prioridades y que necesitamos reorientar laacción colectiva con la máxima solidaridad y atención a los sectores másnecesitados.

Precisamente para contribuira este esfuerzo colectivo CCOO y UGT hemos negociado y firmado el AENC II,entendiendo que nuestra economía necesita mejorar su cuota de mercado,especialmente internacional, o dicho de otra forma, que necesitamos exportar máspara ser más competitivos, que necesitamos producir más y mejor en las empresasprivadas, en las administraciones públicas y en los servicios.

Por ello, en este Acuerdo, únicoen Europa, se contempla una fuerte moderación salarial y se acuerdan potentesmecanismos e instrumentos de negociación para afrontar en las empresas, con diálogoy esfuerzo común, los cambios necesarios en aras de la moderación de precios yla mejora de nuestra competitividad. Se trata de modificar la tendencia deajustar por la vía del empleo frente a la posibilidad de buscarprioritariamente una mayor eficiencia en los costes, incluido el salario, conuna mayor productividad del trabajo.

Un Acuerdosindical-empresarial, el AENC II, sorprendentemente poco valorado, como loexpresa con preocupación el Presidente del Consejo Económico y Social D. MarcosPeña  su artículo "Un pacto para una crisis" en  ElPaís del pasado 7 de febrero, un Acuerdo del que se ha querido ignorar todoaquello que no sea el compromiso sindical de moderar los salarios en los tres añosde su vigencia. Esta minusvaloración responde al intento, creo que conseguido,de disimular la evidente contradicción entre el RD 3/2012 de la Reforma Laboral yel AENC II,  ya que expresan dos formas incompatibles de atender al mismoobjetivo, como así consta en la exposición de motivos del Real Decreto y en laintroducción del AENC II.

El AENC apuesta por un marcoregulador de la flexibilidad laboral interna, sustentado en el valor del diálogoy de la cooperación, donde se aportan alternativas para la adaptación laboral ysalarial. El objetivo es reforzar la productividad para no tener que afrontar los despidos en las empresas como primera y única solución, y permitirla  suscripción de  acuerdos colectivos que permitan la inaplicacióntemporal del propio convenio en la empresa, ofreciendo a los negociadorescauces de mediación y arbitraje ante los desacuerdos, y reforzando por tanto, la Negociación Colectivay los convenios colectivos.

Por el contrario, la Reforma Laboral yel nuevo marco legislativo, paradójicamente, hace más fácil, barato y cómodo eldespido, incentiva la desregulación  porque refuerza  launilateralidad empresarial y desprecia la cooperación del trabajador y susrepresentantes, y desbarata así todo el esfuerzo que ha representado para elmovimiento sindical español  la firma AENC.

Al estar pensada paradebilitar, cuando no dinamitar, el poder regulador de los convenios colectivos,la Reforma Laboraldota al empresario de mayores poderes y  extiende la individualización delas relaciones entre trabajadores y empresarios por la continua amenaza deldespido libre o poco indemnizado en un contexto de desempleo masivo. Aldebilitar el convenio colectivo, el derecho laboral positivo compensa ladesigual posición del trabajador frente al empresario en el acto jurídicoindividual de firmar un contrato de trabajo. Los dos derechos, individual ycolectivo, eran y son imprescindibles: en el contrato individual de trabajo sesobreentiende la libertad como ausencia de coacción para suscribirlo-, pero nola igualdad entre las partes, que es precisamente lo que se trata dereequilibrar entre dos fuerzas muy desiguales respecto a su poder contractualmediante el derecho a la negociación colectiva.

Todas las medidas queafectan a la negociación colectiva tienen esta lógica: se posibilita lamodificación de las condiciones de trabajo por el traslado del núcleo de lanegociación colectiva hacia la empresa no articulada y contrapuesta al conveniosectorial, dejando a éste sin estímulos positivos para su negociación.

Somos un país con unanegociación colectiva y un mercado de trabajo manifiestamente mejorable, llenade imperfecciones, con vicios adquiridos, con reglas y contenidos obsoletos.Pero afirmo, desde una Federación sindical de industria como es FITEQA-CCOO conexperiencias, como existen en muchos sectores de la producción, de conveniossectoriales, de grupos industriales y de empresas, donde sus relacioneslaborales nada tiene que envidiar a los de países de nuestro entorno, más bienlo contrario, como lo expresan, por ejemplo, no pocas multinacionales delSector Químico, por seguir con el ejemplo, que las perciben como una fortalezacompetitiva de sus centros de trabajo en España.

No tiremos al niño con elagua sucia de la palangana, no destrocemos aquellas estructuras de negociacióncolectiva que desde la autonomía de las partes, patronal y sindicatos, handemostrado su utilidad, pero que dejarán de tener valor de no corregirse la Reforma Laboral enaquello que desactiva el valor del convenio sectorial.

Hagamos una Ley equilibradadonde el patrón de las relaciones laborales no sea el miedo causado por laindefensión, que estimule el diálogo y el compromiso de los trabajadores ytrabajadoras con el proyecto de su empresa, desde el convencimiento de que esposible enriquecer el trabajo con mayores grados de libertad y de realizaciónpersonal. Esto sólo es posible desde la negociación, la que reclamamos CCOO yUGT desde todos los frentes, incluido el de la movilización y la Huelga General del29 de Marzo.

Joaquim González Muntadas
Secretario General de FITEQACCOO

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