Artur Mas reta aRajoy a bajar los sueldos a los empleados públicos, dicen los periódicos dehoy. Lo que me motiva la siguiente entradilla.
En diversasocasiones he tratado del cambio de metabolismo que se ha operado en lacoalición de derechas Convergència i Unió (CiU): el tránsito que, paraentendernos, va desde Jordi Pujol a Artur Mas. Esto es, del nacionalismo haciael más puro neoliberalismo. Algunos conocidos y saludados me acusan de caricaturizar esa situación. Deacuerdo, porque en una caricatura los trazos gruesos de aquello que se pretendedibujar siempre están presentes. Así lo dejaron enseñado los grandes maestrosdesde los míticos Bagaríay Castelaoa los actualescomo, por ejemplo, Forges y El Roto.
No es que haya unnacimiento formal de la reconversión del nacionalismo catalán alneoliberalismo, pero sí podemos señalar un momento del que se ha hablado poco:la conferencia que el actual presidente de la Generalitat, enaquellos momentos en la oposición, pronunció en la London Schol of Economics(Londres, 2005) con el título Catalonia, the new challenge (1). Dondeestán in nuce los gérmenes del abrazoaristocrático del nacionalismo y el neoliberalismo. Algo que no supierondetectar en su día los componentes del tripartito de izquierdas cuandogobernaban en Catalunya.
Por lo generalexiste la idea de que CiU fuerza al Partido popular a apoyar determinadasreformas –por ejemplo, la contralaboral— a cambio de ciertas partidaspresupuestarias favorables a Catalunya. Esta idea es una verdad a medias. ArturMas y Duran aprietan pero no ahogan. Pero siempre en la línea de planteamientosneoliberales desde posiciones indiferenciadas. Las derivas hacia el soberanismoconvergente son de uso y consumo doméstico y en concreto para guiñar a lamesocracia de que “siguen siendo los de siempre”. Pero los ojos estrábicos deCiU también se dirigen a ciertos sectores de las izquierdas desnortadas: elpremio internacional que le han concedido a Lula es razonado en clave deequiparación de lo que éste hizo en Brasil con las políticas económicasactuales del Gobierno catalán.
En resumidascuentas, los ojos de Artur Mas giran ora a Rajoy de manera rotunda yvergozantemente hacia Lula. Y siempre elcaramelo tiene una pegatina con la montaña de Monserrat y en su interior el contenido del Monte deSaint Pelerin. ¿Estás en lo que es?
