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BANKIA Y EL GRUPO DIRIGENTE DEL PSOE
No somos pocos los que estamos perplejos ante la actitud del grupo dirigente del PSOE con relación al asunto Bankia. Ante un problema que concita en la sociedad civil una de las estupefacciones más clamorosas de la historia de la democracia española. Es más, frente a la actitud del Partido popular –de un lado, prepotente y, de otro lado, mohatreramente maniobrero— de negarse a la investigación y, simultáneamente, desviar la atención hacia otras cuestiones como los masivos abucheos en la final de la Copa a la Corona mientras sonaba el himno nacional, el grupo dirigente del PSOE vive sin vivir en él.
No es aventurado, pues, establecer la siguiente hipótesis: el descrédito del Partido popular podría compartirse con el descrédito del PSOE que no se atreve a “meter mano” al problema de Bankia. Mientras que a quienes han pedido la creación de la comisión investigadora (pongamos que hablo de Izquierda Unida) no les llega el suficiente crédito por su coherente planteamiento. En otras palabras, a esta crisis financiera, que han provocado los gestores de Bankia, se superpone la crisis de confianza ante la política de quienes no quieren la investigación, de quienes no osa decir esta boca es mía y el no suficiente apoyo a quienes decididamente la exigen.
Las vergonzosas razones del Partido popular se entienden en clave de tapar sus (pocas) vergüenzas. Sin embargo, lo que es incomprensible es el titubeo (hermano de leche de una negativa) de los socialistas. Así las cosas, se da pábulo a cualquier tipo de especulaciones (descabelladas o no). ¿Por qué no quiere? ¿Qué lo impide? ¿Dónde está la madre del cordero? ¿Hay compadrazgo ya sea objetivo o subjetivo? Demasiadas interrogantes.
En esa situación no vale acogerse a un clavo ardiendo: la exigencia de explicaciones de la indemnización requetemillonaria a ese niño bitongo –sin desmerecer su siniestra gravedad—es tan sólo una coartada para salvar la imagen.
Ya veremos en qué queda la cosa. Ahora bien, el PSOE puede seguir con su intratable cantinfleo en relación a la comisión de investigación, simulando meandros colaterales, pero si no pasa el Rubicón daría la sensación de que no se ha ajustado las cuentas con la cuestión moral.
Font:
José Luis López Bulla
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