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José Luis López Bulla CUANDO ERES ESTÚPIDO, ERES TONTO (Brassens)
José Luis López Bulla



Conversación sobre el 18.2 El ESTADO COMO LUGAR DE LA POLÍTICA



Querido Paco, a lo largo de toda la obra de Trentin aparece de manera recurrente la “crisis del marxismo” de finales del siglo XIX. Si nuestros amigos, conocidos y saludados están interesados en estar al tanto de aquellos grandes debates deberían buscar en sus estanterías, bibliotecas y librerías el material más apropiado. No pocos de los problemas de hoy tienen su origen en todo lo que salió (o dejó de salir) de aquellas controversias. En todo caso, voy a recomendarles a nuestras conocencias un interesante libro del amigo José Luis Monereo, catedrático de la Universidad Granadaque se titula La tradición del marxismo crítico, editado por la prestigiosa editorial de culto Comares, de la que Monereo es il factotum della città. Lo tienes a tu disposición, por supuesto. De todas formas, lo más aconsejable que podemos decir a las amistades es que vayan a las fuentes más directas, esto es,  los autores que protagonizaron directamente aquellas controversias.

Por otra parte, querido amigo, en esa cuestión de la “crisis del marxismo” hay otro elemento que tiene una apariencia sindical pero que va más lejos: fue la gran controversia sobre el papel, la necesidad y la utilidad de la huelga general como instrumento de movilización de masas en la que intervinieron dirigentes de la importancia de Wilhelm Liebknecht y Eduard Bernstein, entre otros. Me gustaría revisitar aquella polémica pero, de momento, tengo que aguantarme con el avecrem que da wikipedia donde quien redacta las notas se lleva el ascua a su sardina. Le preguntaremos a Juan Manuel Tapia que puede tener en sus estanterías algo más potable.   
Por último, ¿deberíamos devanarnos los sesos buscando la relación entre “socialismo de Estado” y ´nacionalismo´ de los movimientos socialistas en los Estados-nación, y de ahí a una edulcoración del internacionalismo en la que posteriormente también cayó el movimiento comunista? Porque tengo para mi que aquello terminó siguiendo el viejo refrán de nuestras abuelas: “Cada uno en su casa y Dios en la de todos”. Ese devanarnos los sesos no tendría, me parece, un interés de archivo sino para los tiempos que corren ahora mismo, y los que vendrán. ¿Partidos nacionales, movimientos nacionales, cosasnacionales, ahora? ¡Amos anda!

Por lo demás, no dejo de asombrarme de la coincidencia de Lenin con los más eminentes dirigentes de la socialdemocracia:  “la progresiva revaloración del papel del Estado en la época de la racionalización deriva del convencimiento de que “desde abajo” y “abajo” no se podía determinar ninguna transformación estructural de la sociedad civil que no fuese el producto del capitalismo organizado y de las fuerzas productivas (incluida la organización del trabajo) gobernadas por los procesos de racionalización. A menos que esta transformación no descienda de la decisión del Estado, articulando las propias funciones y conceder autonomías a las instituciones descentralizadas, pero la organización y el gobierno de las empresas quedarán siempre necesariamente excluidas de tal proceso reformador desde abajo”.  De aquellos polvos vinieron algunos lodos.

En fin, me paro. Tuyo en la transformación sobre todo desde abajo, JL


Habla Paco Rodríguez de Lecea

A la espera de lo que pueda aportar Juanma Tapia, querido José Luis, yo mismo puedo ofrecerte alguna cosa apetitosa sobre el debate de la huelga de masas allá en los albores del siglo pasado. Dicho sea de pasada, los contenidos de Wikipedia en estos temas son impresentables, la biografía de Renner es irrelevante y en la de Kelsen se insiste sobre todo en que sus teorías fueron “eficazmente refutadas” por un jurista argentino. Es como desarrollar la biografía de Curro Romero a partir del hecho de que se llevaba mal con su cuñado.

Pues bien, estoy hablando de una Historia del marxismo dirigida por Hobsbawm, Haupt, Marek, Vittorio Strada y otros, publicada originariamente en italiano en 1979 y que en España editó Bruguera. En el volumen 5 (la serie completa consta de 8 volúmenes) hay un muy interesante estudio de Massimo L. Salvadori: “La socialdemocracia alemana y la revolución rusa de 1905. El debate sobre la huelga de masas y sobre las ‘diferencias’ entre Oriente y Occidente”.

El volumen 6 de la misma publicación tiene un significado muy especial para mí por dos razones. Está dedicado por lo que recuerdo al marxismo de entreguerras y había un excelente estudio sobre Hilferding y otro aún mejor sobre el austromarxismo, que algunos llamaron la “Internacional dos y medio”: Renner, los Adler, Kelsen, etc. Las dos razones de que sea muy especial para mí son éstas. La primera, que lo traduje yo. El encargado de la traducción al español, Josep M. Colomer alias Colo, andaba buscando gente para completar su elenco de colaboradores, y yo necesitaba encargos alimenticios para suplementar el sueldo teórico que no cobraba de la Federación de Artes Gráficas de CC.OO. Quedé satisfecho de mi trabajo de traductor, y Colo también, según me dijo. La segunda razón por la que ese libro es especial es que nunca lo he tenido impreso en mis manos, sólo manuscrito. Bruguera no cumplió su compromiso legal de enviar dos ejemplares al traductor porque quebró aparatosamente poco después, y nunca he visto físicamente el volumen en cuestión, aunque me consta que se publicó.

Otros dos librillos útiles que tengo en casa sobre el tema de la crisis del marxismo de fin de siglo son: para una visión panorámica, Wolfgang Abendroth: “Historia social del movimiento europeo” (Estela, Ediciones de bolsillo, 1970. Está revisado por Ignasi Riera). Y para el turrón mismo, Rosa Luxemburgo: “Huelga de masas, partido y sindicatos” (Siglo XXI, 1974). En Siglo XXI está también la “Historia del pensamiento socialista” de G.D.H. Cole, pero ése ni lo tengo ni lo he leído. La vida es corta y la bibliografía larga.

Por lo demás, no se me ocurre nada que añadir a tus comentarios sobre los nacionalismos en general y los socialismos de Estado. Sabemos cómo han funcionado en general. Algunos siguen creyendo que un hijoputa puede ser buen chico en el fondo, sólo porque es nuestro hijoputa. Tú y yo, no. Tú y yo seguimos el ritmo del estribillo socarrón de Georges Brassens: “Quand on est con, on est con.”

En el calor y en el desde abajo, tuyo en la Idea. Paco


JLLB 

Querido Paco, mi sobrino Antonio Baylos nos aclara lo que teníamos pendiente sobre la “economía política de la fuerza de trabajo”. Nos habla del capítulo VI (Libro Primero) de El Capital, que es –nos dice--  inédito. Se encuentra en  http://books.google.es/books?id=PQkgPxdUiY0C&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false

Los volúmenes del G.D.H. Cole los tengo en casa, y me informan ellos mismos que están a tu disposición. ¿Qué hago con las referencias que tomo de wiquipedia, las mantengo o las elimino? Saludos, JL



Radio Parapanda. CRISIS Y CAMBIOS EN LA REGULACIÓN DEL TRABAJO TRAS LAS REFORMAS LABORALES EN ESPAÑA


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