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José Luis López Bulla "YO NO PUEDO HACER NADA" (Rajoy)
José Luis López Bulla



Hasta donde yo he leído poco se le ha censurado a Mariano Rajoy el sentido de sus palabras en su reciente discurso en el Parlamento el día de los hachazos. “Yo no puedo hacer nada”. Francamente, me parece mucho más grave esa admitida impotencia que el todavía no declarado incumplimiento del programa electoral de su partido.

Grave es, ciertamente, el incumplimiento total del Programa electoral, basado fundamentalmente en el no a esto, no a lo otro, no a lo de más allá, y asi sucesivamente. Pero muchísimo más grave que ello es la declaración resignada, impotente del “yo no puedo hacer nada”. El capitán de la nave (es un decir) no sabe qué hacer. Lo que, por otra parte, acaba siendo leído por los tiburones como un ancha es la mar salada. Pregunto: ¿se ha oído alguna vez, en cualquier tiempo y lugar, una expresión de tal calibre? No lo recuerdo.  

Mucho se está hablando, de un tiempo a esta parte, de la supeditación de la política a la economía especulativa. Pero lo afirmado por Rajoy va más allá: es el auto reconocimiento de que su política es el resultado palpable de no saber qué hacer. Hablando en plata, estamos ante el reconocimiento de una clamorosa deslegitimación del papel del primer dirigente institucional del país y de una forma de entender “el Estado como único lugar de la política”.  

Visto fríamente, aunque para ello tengo que hacer un gran esfuerzo, entiendo que el “yo no puedo hacer nada” es políticamente más terrible que el obsceno griterío de las bancadas del Partido popular, aplaudiendo el triunfo del neoliberalismo de Estado en el Parlamento. Visto fríamente es también mucho más terrible que clasista grito “¡que se jodan, que se jodan!  de la inmisericorde Fabra (de tal palo, tal astilla). Es el reconocimiento, perdón por la repetición, de que el barco va a la deriva.

Así las cosas, sin embargo, tengo una limitación: el mantenimiento de este equipo de gobierno es una calamidad (por sus decisiones y porque no sabe qué hacer), pero ignoro –este es mi límite— si conviene, en la opinión más autorizada, a la oposición pedir unas elecciones anticipadas. A lo mejor están esperando el resultado de las movilizaciones del próximo 19 de julio.

Sabemos de todas todas que la izquierda plural estará presente, animando desde su propia autonomía política, tales movilizaciones. Eso no es noticia, por supuesto. ¿Qué hará la plana mayor del PSOE? Lo intuimos: enviará a algunos de sus portavoces más llamativos. Pero ¿y Rubalcaba? La tesis de que hay que preservarlo de posibles abucheos –como me han dicho algunos conspicuos dirigentes de ese partido--  no es válida. Ni pragmática. Porque el testimonio de los máximos dirigentes tiene una validez con fecha de caducidad, al menos en las percepciones de no poca gente.

¿Se referiría el Dante hoy a Rajoy cuando afirmó aquello de:   Ahi serva Italia  di dolore ostello /, nave sanza nocchiere in gran tempesta, /  non donnna di  province, ma bordello! ?


Radio Parapanda. CAPÍTULO 20.1 TRABAJO Y CIUDADANÍA.


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