En cierta ocasión el recientemente fallecido Carlo Maria Martini, que fue cardenal de Milán durante tantos años, afirmó que “la Iglesia estaba cansada”. Ni que decir tiene que todo el mundo entendió la elegante sentencia. Pues bien, ¿podemos decir que el PSOE está cansado?
El año pasado Zapatero no acudió a la Fiesta de los Mineros de Rodiezno. Ahora mismo no recuerdo si explicó los motivos. ¿Estaba cansado Zapatero? Este año, según dicen voces bien informadas, Rubalcaba tampoco irá a la Fiesta? ¿Está cansado Rubalcaba?
No es necesario ser afiliado a UGT –una organización a la que estimo y considero, como dijo Toxo, “algo más que unos socios”-- para mostrar mi perplejidad por tan sonada ausencia y por la repetición del error del año pasado. Aunque no estaría de más traer a colación lo que mi padre decía: cuando un error se repite, deja de ser tal y se convierte en una opción a sabiendas y queriendas.
Diré que no pienso que la presencia de los altos dirigentes del PSOE en la fiesta de la minería ugetista tenga nada que ver, a estas alturas, con pérdida de la autonomía de UGT con relación al PSOE. Desde hace ya bastante tiempo era algo así como una tradición, un elemento de histórico engarce con el ayer. Repito: la fiesta no era una interferencia a la autonomía de UGT.
La repetición de la ausencia del primer espada del PSOE, precisamente en estos tiempos de crisis general y de una dramática situación de los mineros, es algo más que un error. Por otra parte, es un elemento de mayor distanciamiento del PSOE con la cuestión social. Lo que no es bueno para los socialistas, ni para el conjunto de la izquierda. Porque una izquierda desarraigada o desentendida de la cuestión social es tendencialmente pura filfa.
¿Está el PSOE definitivamente cansado o sólo cansado a secas?
