Que el gobierno Rajoy está desautorizado lo demuestra el proceso de movilizaciones de los últimos tiempos y, más en concreto, la «marea de mareas» del viernes pasado. Con un tiempo de perros en toda España las mareas ciudadanas –que, con imprecisa y avara aritmética, cierta prensa contabiliza por «miles»-- volvieron a echarse a la calle arruinando espectacularmente el jolgorio pepero del Estado de la nación. La calle nuevamente habló mientras que Rajoy y sus proveedores se dedicaban a un mendaz artificio que provoca la ira de la ciudadanía. Y es que la autoridad de Mariano está por los suelos.
Por los suelos está la autoridad de Mariano también en Europa. El Caballero de la Mendaz Figura vio arruinado su discurso, en pleno debate del Estado de la Nación, cuando Bruselas le propinó una coz en la cruz de los pantalones: no, Presidente, el déficit no es el que usted dice, no es el 7 por ciento, sino el 10 por ciento. Como es sabido, la intención de Bruselas, que «aprieta y ahoga», es atornillar más las cosas. Pero lo uno y lo otro (la desautorización de las cifras del déficit en pleno debate y el hecho de seguir apretando) muestran a las claras la poquedad de la España del gobierno Rajoy en Europa, la irrelevancia del Ministerio de Asuntos Exteriores hoy por hoy reducido a una insignificante quisicosa. De hecho, sólo Ignacio Fernández Toxo –como presidente de la Confederación Europea de Sindicatos— es la voz española que se respeta en Europa.
Rubalcaba pidió en el debate la dimisión de Rajoy. Pero esta propuesta retórica dejaría las cosas igual que están ahora, porque no existe nadie en el grupo dirigente del Partido popular que pueda enderezar la situación. De ahí que la propuesta más adecuada por la que formuló Cayo Lara: las elecciones anticipadas. Lo que plantea Rubalcaba tiene como inconveniente la certeza de que todo quedará igual; la de Cayo Lara abre la hipótesis de un cambio. Nótese, pues, la diferencia entre «certeza» e «hipótesis».
Tengo para mí que todo el gran movimiento de protesta ciudadana puede agotarse si mantiene cómo único planteamiento (léase, único planteamiento) la mera protesta. Que, por supuesto, debe ampliarse. Pero debería, a mi entender, dar un salto de cualidad: plantear directamente la exigencia política de que se convoquen elecciones anticipadas. Mantener la protesta sólo y solamente sin exigir que el mecanismo de freno salte por los aires es una constante darle vueltas a la noria.