¿Conocen ustedes al tenor español Antonio Cortis? Les felicito si lo han disfrutado; en caso contrario no saben lo que se han perdido. Les digo: primero vean lo que dice Doña Wikipedia sobre este tenor, que podemos considerar spinto. Hela: Antonio Cortis.
Era el tenor preferido de mi padre Pepe López, que le llamaba el Caruso Chico. Un servidor, por llevarle la contraria, me declaraba incondicional de Hipólito Lázaro, y extremaba mi militancia lazarista hablando mal de Cortis. Pepe López combatiendo mi sectarismo recaía en la misma patología: «Ese Lázaro no le llega a Cortis ni a la altura de sus alpargatas». No había manera de pacificar la greña, ni siquiera cuando el maestro Ferino Isla, mi segundo padre, propuso conciliadoramente una tercera vía: Miguel Fleta. Entonces Pepe López y un servidor, uníamos nuestras intransigencias, y le dedicábamos a Fleta una sonora grita.
Nunca resolvimos esta disputa. Ahora, sin embargo, debo corregir mi punto de mira: hice mal, siendo niño chico, de pontificar que Cortis fuera un cantamañanas. Esta es mi penitencia: reconocer que el Caruso Chico fue un gran tenor. Y, ya curado de viejunos sectarismos, afirmo que el Di quella pira de Cortis deja a Mario del Monaco a la altura del betún; que el Nessun dorma de Cortis le da cien millones de vueltas al de Pavarotti; y que el Fernando Valdés de La Francisquitade Cortis está más allá de las estrellas, mientras que el de Kraus sólo se encuentra en el Everest. Y no sigo, porque con la edad se me ha agotado mi viejo sectarismo.
Vean si no tengo razón escuchando la voz del Caruso Chico, y este es mi regalo de aniversario, cantando en:
.