Titular notícies
José Luis López Bulla EL CHOCANTE PSOE DE PONFERRADA
José Luis López Bulla

Homenaje a don Emilio Lledó


«Se ha hecho lo que se tenía que hacer», ha declarado el nuevo alcalde de Ponferrada tras la truculenta historia que le ha llevado al cargo, esto es, el pacto del grupo municipal socialista y el del acosador sexual. No me extiendo porque la historia y los hechos más recientes son sobradamente conocidos.

Se trata de una frase aparentemente rotunda que, sin embargo, encierra la más caballuna banalidad. Que, en todo caso, muestra el preocupante contagio del cantinfleoen la vida política e institucional española. Pero es, a la vez y sobre todo, la expresión de un conductismo dogmático que no necesita demostración muy en la línea del «no hay alternativa» de matriz tatheriana:    «There Is No Alternative», conocida en acróstico como TINA. Así pues, el mentado alcalde se incorpora a esa truculenta sintaxis de la política instalada llena de idiolectos cantinflescos, eufemismos y tautologías chabacanas. En el caso particular de este alcalde ya iremos viendo hasta qué punto le puede ser aplicado aquello de  «sí rebuznaron en balde el uno y el otro alcalde» (ruego dispensen la licencia que me he tomado).  

Y es que en la política instalada hay una sonora precariedad de logos, esto es, de palabra razonada, de discurso argumentado.  Pero esta forma de lenguaje tan jupiterinamente tonante indica, ante todo, que no se deben dar explicaciones a la cofradía de los comunes mortales. Lo que es, por naturaleza, un elemento que proyecta el carácter autoritario de esta forma de hacer política. Y, lo más importante, ese  «Se ha hecho lo que se tenía que hacer»,  es el colofón de la mugre de toda esa operación ponferradina, coronado por la fetidez de un lenguaje que, en La Vega de Granada, llamarían jediondo.

Sépase que no es una salida de tono, ni una alcaldada. La dirección local del PSOE la ha apoyado antes del parto, en el parto y después del parto. Habrá quien diga que se trata de «corrosión» y habrá quien afirme con más tino que se trata de corrupción pura u dura. Y es que los caminos y las técnicas que llevan a la corrupción son infinitas.

Por último, en lo atinente al lenguaje ya nos previno Marcelino Camacho. En cierta ocasión un compañero acabó su turno de palabra añadiendo un «y punto» como aquel que dice «Roma locuta causa finita». Marcelino le corrigió tranquilamente así: «En todo caso será punto y seguido» Fue una amable censura contra la corrosión del lenguaje que puede llevar a la corrupción que entraña todo dogmatismo. 

   
Últimes Notícies