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José Luis López Bulla EL BARÇA SUBVENCIONADO GENEROSAMENTE
José Luis López Bulla

(A Jordi Ribó i Flos)  


Todavía no he visto crítica alguna sobre la muy importante subvención que recibe el FC Barcelona por parte de la Agencia Catalana de Consumo: 230.000 euros (el 60 por ciento del total) por «fomentar el consumo responsable entre los jóvenes». Corrijo, los únicos que han levantado la voz han sido otras asociaciones que no se han visto agraciadas (1).

Repito: con relación a esto de las subvenciones nadie ha dicho esta boca es mía, porque criticar algo relativo al Barça se convierte en un avispero contra el osado que lo intente. El Barça –da igual que sea el de Kubala, Cruyff, Guardiola o Messi--  es la única religión verdadera. Y, como es sabido,  extra ecclesiam nulla salus tal como advertía severamente Cipriano de Cartago cuando el cristianismo todavía no había hecho la primera comunión. No sólo nadie con suficiente entidad ha puesto el grito en el cielo por esto de las subvenciones sino que todavía es la hora de que se le haya censurado al club la gigantesca deuda que tiene a la Seguridad Social(y a otros clubes, por supuesto). El Barça es intocable porque es el hilo conductor de las filias y fobias (con relación a otros) que une sentimentalmente a millonarios, mesócratas, asalariados y mileuristas, a políticos y sindicalistas, a eclesiásticos y rábulas, a la inmensa mayoría de la flora y fauna catalanas. Fuera del Barça no hay salvación. Así que el Papa Francisco o deja su activa militancia en el San Lorenzo de Almagro o se arriesga a la condena retrospectiva del Dante como lo hizo con Bonifacio VIII.

Mientras tanto, centenares de geriátricos catalanes han desaparecido porque el gobierno de Artur Mas o les ha congelado las ayudas o los ha abandonado a su desgraciada suerte. Aunque, en este caso, sí ha habido quienes han dicho que «hasta ahí podíamos llegar». Bueno, menos da una piedra.  

Hace unos años  Paul Krugman acuñó el concepto cockorach ideas (ideas cucaracha). Un ejemplo de ello es aquel que dice: la austeridad puede causar una inicial ralentización de la economía, pero con el tiempo sus ventajas serán mayores que las penas que al principio provocó. Pues bien, no quiero ser menos que Krugman; así es que propongo que en este caso se denomine «ideas buitre» a quien se le ocurrió conceder la subvención que pidió el Sacro colegio cardenalicio del Barça.      
(1) El Barça copa el 60% de las ayudas de la Agencia Catalana de Consumo

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