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Àngels Martínez i Castells. Cristina Cifuentes envía su cicuta a @AdaColau y @la_Pah
Àngels Martínez i Castells.

Cristina-Cifuentes_Recuerda aquellas compañeras de instituto que con aspecto de niña bien, y aire de no haber roto nunca un plato, incendiaban con sugerencias llenas de ponzoña la difícil convivencia escolar. Se sabían todos los rumores -cuanto más infundados, más los mimaban y elaboraban- y pretendían destrozar a sus compañeras difundiendo (siempre sin alzar la voz) los bulos más inverosímiles contra el punto de equilibrio de quien osara convertirse en el blanco de sus envidias. Nunca aportaban nada bueno al grupo: sólo la psicopatología de una adolescencia pertinaz, que tendía a cronificarse como en el caso, presuntamente, de Cristina Cifuentes, esa delegada del gobierno que disfraza sus inseguridades andando con teas encendidas por escenarios sumamente inflamables por acciones, omisiones y comisiones de su grupo amante de las gaviotas.

La nausea de sus declaraciones contra la PAH y Ada Colau no se alivia con rectificaciones marrulleras ni procesiones por los medios pseudo-matizando su malintencionada torpeza. Ni, por ser del tiempo, puede acogerse tampoco a las elaboradas penitencias de Semana Santa que utilizan las falsas humildades de los hipócritas contumaces para subir su ego de mediocres a la peana.

Cifuentes lanzó sus dardos contra la PAH y Ada Colau, y el cargo (y el sueldo) le exigen ser perfectamente consciente que su aparente frivolidad sí lindaba con el terrorismo. Y, que yo sepa, no es ésa la función política y social que una delegada del gobierno debe asumir, aunque, con la que nos están haciendo, yo ya me pierdo…

No voy a hablar ni por Ada ni por La PAH, que se defienden de sobras sin mi ayuda; sólo espero que con sus asesores presenten la querella que vean más oportuna porque no sólo el miedo debe cambiar de bando: también deben sentarse, masivamente, en el banquillo de acusados quienes se creen tan por encima de los demás – y de la verdad- y nos quieren obligar a tragarnos su cicuta, so pena de que los bomberos pirómanos de la democracia nos acusen de ser peligrosos elementos “antisistema”-

Sólo un punto más, que con todo el polvo de la confusión y el alboroto made in acólitos de la FAES no he visto suficientemente desmontado. Y es que, en mi opinión si, presuntamente, un grupo de Stop Desahucios del País Vasco participó o se sumó a una manifestación en favor de los derechos humanos, no es serio, ni de rigor, ni da base alguna para intentar involucrarle en nada turbio. Pero ahora ya es difícil evitarlo, porque ellos (Cristina Cifuentes y sus amigos) son la turbiedad. No estaría de más que la delegada del gobierno en lugar de dedicarse a hacer (ella sí) kale borroka verbal de la peor especie a la Pah y a Ada Colau, se dedicase también a hacer cumplir y defender los derechos (humanos y más) de la ciudadanía, esquilmada por las políticas de la troika, asaltada por bancos usureros, y escandalizada por la poca talla y la nimia vergüenza de los políticos que nos gobiernan


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