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José Luis López Bulla LA ESPAÑA DE SECANO CONTRA LA DE REGADÍO
José Luis López Bulla

Esta es una parte del espejo español: de un lado, la aprobación de la Ley Wert; de otro, la esperpéntica situación que ha llevado que a Diego Martínez Santos, que trabaja en el Instituto de Física de Partículas de Holanda, uno de los institutos científicos de más prestigio en Europa, se le haya denegado una beca en España porque (dicen las autoridades académicas) que su currículum no “está a la altura”. Es la España de secano que le niega el pan y la sal a la de regadío. Pero hay algo más: sostengo que de lo que se trata en nuestro país es de una operación que, salvando las diferencias de época, recordaría el «sistema» del austriaco Alexander von Bach. Para entendernos, este Bach (no confundirlo con el gran músico) era una mezcla de Fraga Iribarne, Carrero Blanco, Wert y Rouco Varela.  

Dos elementos de la situación actual aparecen como más llamativos: uno, la crisis económica que se origina formalmente en 2008; otro, la crisis política que afecta a partidos e instituciones, entre ellas la Corona. Una y otra son coetáneas de la crisis moral que campa por los espacios de la corrupción generalizada. En todo ello, como diría el viejo maestro Aldo Tortorella, las pulgas no tienen responsabilidad alguna. Pero todo ello, por su gravedad, está ocultando parcialmente una áspera batalla que, de un tiempo a esta parte, se está librando abiertamente: la reaparición de fanatismos cuyo liderazgo tiene como heraldo al sector más montaraz de la Conferencia EpiscopalEspañola. Este sectarismo de vieja estirpe tira del carro contagiando poderosamente aquellos influyentes grupúsculos que están incrustados en el Partido Popular. La Ley Wert y el gallardonazo son tal vez las más directas expresiones de ese fanatismo. Ahora bien, quedarse en ello sería limitado, porque también ambas leyes apuntan esencialmente a la recuperación del poder, parcialmente perdido, del monopolio de la Iglesiasobre la enseñanza y del cuerpo de la mujer.

Apunto la siguiente aproximación al discurso del fanatismo: en España se ha ido excesivamente lejos con los derechos de ciudadanía que han alcanzado determinados colectivos; en este país, esos derechos son una interferencia poderosa al poder del hisopo y de la mitra no sólo en el terreno ideológico sino en el económico (léase el negocio de la enseñanza); en España el relativismo es esa nave que va a la deriva como en su día dejó dicho Ratzinger en su discurso electoral antes del Cónclave que acabó eligiéndole como el primer alto funcionario de la iglesia católica, apostólica y romana. (Por otra parte, comoquiera que la cofradía apostólica española está expectante ante lo que pueda o le dejen hacer al papa Francisco, este es el momento para poner una pica en Flandes). En resumidas cuentas, el fanatismo religioso, a la búsqueda de los poderes perdidos, es un ariete que juega en el mismo terreno del sectarismo político del Partido Popular.

En ese contexto encaja el problema del joven científico gallego Diego Martínez Santos, que es –a fin de cuentas— el problema de la ciencia y la investigación en España. Y es que la ciencia siempre ha sido algo inquietante y perturbador para el sector fanático de la Iglesia porque pone la preeminencia en la ciencia y no en las creencias. Es más, la ciencia es fuertemente litigiosa contra las «creencias muertas». De manera que hay que cortarle la cabeza al joven Martínez Santos antes de que se convierta en un Severo Ochoa o un Julio Rey Pastor.  Así pues, el camino elegido es el retorno del «sistema de Bach» que ya hemos referido. Un sistema que se apoya en: la banca que está de pie, la iglesia en el confesionario, el Partido Popular arrastrándose y una legión de tertulianos ensalzando los estropicios de los anteriores. Se trata, en efecto, de una potente asociación de intereses corporativos. A esta guilda, no obstante, se le opone un formidable movimiento de movimientos que no cesa en su movilización.

¿Hacia dónde se decantará la solución? Todo dependerá del nivel de la amplitud de la protesta, de la traducción de ésta en capacidad de propuesta de cambio, de la relación de los movimientos con las izquierdas, de la capacidad de éstas en regenerarse, de los niveles de unidad social y política que se vayan alcanzando.  En suma, de mayor amplitud de la España de regadío.  Que zotal en ristre se dispone a hacer limpieza general. Así sea.


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