Homenaje a Vicente Llamazares
Carles Vallejo nos ha traído a la memoria la personalidad de uno de los grandes dirigentes de Comisiones Obreras injustamente olvidado. Me refiero a Vicente Llamazares. Me temo que somos muchos los que, por activa o pasiva, hemos contribuido a este olvido. Y, sin embargo, jugó un papel decisivo tras la famosa detención de los Diez de Carabanchel, en junio de 1972, en la recomposición del grupo dirigente confederal junto a mi maestro Cipriano García, que tenía a Vicente en la más alta consideración.
Le recuerdo perfectamente en las reuniones de la Coordinadora Generalde España con una extraordinaria capacidad de síntesis en el momento de las conclusiones: una tarea que todos nosotros le encomendábamos por su sutileza y capacidad de recomposición unitaria. Y recuerdo, especialmente, las conversaciones –ya fuera del corsé orgánico— en aquellas noches de Argentona (una ciudad cercana a Mataró) donde, por lo general, nos reuníamos la Coordinadora al amparo de la hospitalidad de Toni Cabrespina que nos dejaba su residencia para “nuestras cosas”.
Dejo al curioso lector dos referencias que he encontrado sobre Vicente Llamazares, en demanda de que nuestro compañero sea puesto en el santoral laico de los padres fundadores de Comisiones Obreras (1). En la foto que preside este ejercicio de redacción se encuentra nuestro hombre junto a Carlos Vallejo.