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Àngels Martínez i Castells. Los bochornos de Esperanza Aguirre
Àngels Martínez i Castells.

Leo en Infolibre que de nuevo Mariano Rajoy ha defraudado (de nuevo, y van…) a los suyos. No sólo esta mañana “ha evitado pronunciar el nombre de Bárcenas en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional”, sino que se ha dedicado a producir humo sobre el futuro de su partido y de España. Ignora el abismo abierto a sus pies y se inventa “los primeros claros resultados positivos” el mismo día que Eurostat informa que de nuevo nuestra tasa de paro supera la de Grecia. Lo mejor que podría hacer Mariano (que no quiere ni se atreve a mencionar a Bárcenas porque las meigas, de haberlas, hayllas”) sería callar sobre todo para siempre. Si dimite por vergüenza o por pereza me da igual, pero lo importante es que desaparezca y nos evite tanto bochorno cuando habla, y tanto dolor cuando sanciona las políticas de su gobierno. Ninguna mediocridad (salvo Aznar) en el gobierno de España había sido capaz de provocar tanta indignación tanto con sus mentiras como con sus titubeos o silencios.

Harina de otro costal es la Aguirre, esa señora del barrio de Salamanca que siempre sabe qué decir. Poco importa que se trate de un entierro o del marrón de la Gürtel. Ella pronuncia como nadie en el tanatorio: “Siempre los mejores son los primeros en dejarnos”, como declama en el Parlamento madrileño “Yo destapé la Gurtel”. En su última aparición, lo más increíble: declara “sentirse abochornada por las informaciones sobre la corrupción del PP”, aunque la víbora que anida en sus salivales ha añadido que seguramente, Mariano Rajoy, estará “igual de abochornado”.  Je, je… que malísima es la Aguirrre.Aguirre miente Ella sabe que ya nadie la cree, y que somos conscientes de que ni se acuerda de quién es el muerto en el entierro, que no hizo nada para destapar la Gurtel (si acaso, lo contrario hasta que pudo interesarle), y que ni siquiera Bárcenas puede hacerle pasar vergüenza… de hecho, la gente que se dedica a la política a su estilo no puede exprimentar bochorno: sólo disfrutar de él cuando sus adversarios políticos no saben ni dónde meterse para esquivar sus dardos emponzoñados.

La historia de los bochornos madrileños de los que se aprovecha sin recato la Aguirre alcanzaron su cima hace ya diez años con el Tamayazo…. y desde entonces va administrando sus entradas y salidas de escena con acusaciones de mamandurrias y otras provocaciones mientras la ciudadanía tiene que aguantar su desparpajo y sus mentiras con el miedo añadido de que la campaña del PJ.Mundo llegue a buen puerto y la lideresa acabe por serlo más que nunca en una Comunidad privadísima de privatizada, con sus eurovegas y sus mafias, sus validos y su corrupción contaminante, mientras los millones de madrileños-dálmatas tiemblan por su piel. Cruella Gil de Biedma sigue consiguiendo que el tío del que más presume se remueva en su tumba. Porque por la sobrina impertinente que quiere poseer al modo imperial Madrid y alrededores (sin definir para nada el peímetro) bien se puede cambiar una Barcelona (que ja no és bona) por un Madrid que con el PP se vende y se pudre, y desear con el poeta que el miedo cambie de bando y que los indignados, cada vez más desigualdes y desdichados, suban a todas las cimas:

“…Sean ellos sin más preparación
que su instinto de vida
más fuertes al final que el patrón que les paga
y que el salta-taulells que les desprecia:
que la ciudad les pertenezca un día.


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