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Y ¿qué es noticia, pues? Que mientras se inician desde todos los rincones de España las marchas de la dignidad hacia Madrid, Esperanza Aguirre, la ex- Presidenta de la Comunidad madrileña, se ha montado su particular marcha carnavalesca (de breve ida y vuelta) a una sala aneja al Parlamento británico para informarnos de que en Londres hay un club taurino y de que a ella, supuestamente, le va el fair-play (sin preguntarse claro, qué dirían sus admirados británicos de su ascenso a la Presidencia de la Comunidad vía Tamayazo, y su vergonzosa huída dejando las prendas que deja al frente de un territorio barrido por escándalos, desde los lobos adjuntos a su Patronal hasta sus ayuntamientos peperos más conspicuos).
No sé si las Marchas llegan a Madrid para quedarse, o abrirán debates con la ciudadanía, o se irán poco después. Lo que si sé es que se unirán a nuevas y grandes mareas multicolores, a la gente de bien, solidaria y harta de tanta mentira y corrupción. Gente sencilla, que se alegra de que los proyectos “estrella” de Esperanza como el de Eurovegas, tan próximo a las mafias, fracasen con estrépido. Gente sensata, que no acepta que la política sea esa trivialidad que esconde latrocinios y desvío de fondos de formación a empresarios, ni representación burlesca en la que los protagonistas que más blasonan de dedicarse al servicio público, disfrutan de excelentes rentas, poca transparencia sobre cómo las consiguen, e impunidad total si se descubre que su acción fue delictiva. ¿Quieren más datos? Pues diríjanse a esta página de 20minutos y vayan tomando apuntes.
Ojalá el 22M sea una especie de tsunami que barra tanta inmundicia como pueda, llevándose tras de sí a tanto vividor de la política, a tanto corrupto en sentido lato y estricto, diga lo que diga y mienta como mienta Alberto Ruiz-Gallardón, el pío e hipócrita ministro de Justicia.