GRUPOS DIRIGENTES, BASES DIRIGIDAS
Sería cosa oportuna que los dirigentes de los partidos de izquierda y de los movimientos que forman parte de ese universo –pongamos que hablo también del sindicalismo-- lean el mencionado artículo con sosiego y, si pueden, saquen sus propias conclusiones. Ahora bien, comoquiera que existe abundante literatura sobre la «crisis de la izquierda», me parece conveniente sugerir lo que viene a continuación.
La inmensa mayoría (por no decir la totalidad) de tales estudios se refiere a las políticas que practican (o dejan de practicar) los grupos dirigentes. Echo a faltar, sin embargo, una investigación de los niveles de consenso o seguidismo de las bases de dichas organizaciones, de los niveles de consentimiento de la militancia (si es que existe) en la vida política partidaria cotidiana. Y hasta de la existencia o no de una «servidumbre voluntaria». O, por decirlo bruscamente, ¿hasta qué punto tiene vigencia la famosa advertencia de «quien se mueva no sale en la foto»? Más todavía, ¿qué cautelas reales existen en dichas organizaciones para contrarrestar la natural tendencia de los grupos dirigentes a ejercer el poder de manera discrecional? ¿qué sentimiento de «querer participar tienen las bases y de que su voz deba y tenga que ser participante?
Apostilla. Poco tengo que decir de la técnica de las primarias. Pero, tal como se están produciendo dichas prácticas, tengo para mí que podrían ser

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