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Àngels Martínez i Castells. Leyendo a Rosa M. Artal y Almudena Grandes en 2 de mayo
Àngels Martínez i Castells.

Este pueblo español que no se inmuta en 1823 cuando los 100.000 hijos de San Luis, bajo el mando de una Santa Alianza absolutista, ponen fin al Trienio Liberal, la Constitución de 1812 y ratifican a Fernando VII y sus tinieblas, se había alzado, orgulloso y soberano, contra lo que quedaba de Ilustración Francesa en un régimen napoleónico, un 2 de mayo, tal que hoy. Sin embargo, el empoderamiento (aunque quizas equivocado) frente al francés, duró pocos años. Ya en 1814, los absolutistas españoles recibieron la vuelta del Borbón Fernando desenganchando los caballos de su carroza para que la gente del pueblo tiraran de ella al grito de “Vivan las caenas”. Empezaba a morir así la Constitución de 1812 y la magnífica obra legislativa de las Cortes de Cádiz, y de la mano de los firmantes del Manifiesto de los Persas se entraba por voluntad propia en un periodo absolutista y oscuro que a pesar de las dos Repúblicas que nos redimen en parte como ciudadanía (y a la espera de la III), también dejaron todo lo importante, atado y bien atado.

Y mientras los monstruos de esos sueños de la razón reviven cada 2 de mayo, leo a dos grandes escritoras y comparto sus discursos:

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Dice Almuneda Grandes: “La oposición entre la realidad y el deseo determina el rumbo de los acontecimientos. El gobierno ha decidido que hemos salido de la crisis y es capaz de agarrarse a un clavo ardiendo para afirmarlo. Si se quema los dedos, da igual. Con los suyos en carne viva, Rajoy ha decretado que, aunque demuestre que se han destruido más de un millón de empleos desde que él gobierna en España, la EPA es una encuesta estupenda. Sólo nos falta escuchar que la salud de los parados de larga duración, que se empeñan en no morirse, es un obstáculo para la recuperación. Tal vez, alguien confíe en que la privatización de la sanidad contribuya a mejorar los índices estadísticos.”(…)

imageY remata en el espinoso y doloroso tema de la salud pública Rosa María Artal bajo el título “Cómplices del daño a la salud y de la corrupción Comer o medicarse.” que algunos pacientes españoles –como sucede en Grecia o Portugal – están dejando de medicarse porque no pueden costearse el re-pago farmacéutico. Incluso con patologías graves como el infarto de miocardio. Lo ha denunciado un cardiólogo del Hospital Universitario de Salamanca, el doctor Maximiliano Diego. Un paciente suyo ha sufrido un segundo infarto porque no pudo pagarse el tratamiento que le prescribieron tras sufrir el primero.

“El paciente tuvo un infarto hace un año, le pusieron un ‘stend’, un pequeño muelle en el corazón, y salió del hospital sano, pero con un cóctel de medicamentos que debía tomar obligatoriamente y del que tenía que pagar el 40% del precio, unos 100 euros al mes. El enfermo está en paro y sobrevive con 400 euros de subsidio. Añadiría que carece de sobresueldos como la vicepresidenta del gobierno y el resto de la cúpula del PP. En su “puta vida” los ha cobrado este señor, ni nadie por un mismo trabajo. 400 euros de subsidio ahora, mientras le duren. No puede distraer 100 para la medicación. Como él muchos otros pacientes, según cuentan bastante afectados profesionales de la sanidad pública en España.

Insistiré una vez más en que todos los recortes no han servido para nada (hacia la sociedad, se entiende, algunos sí se benefician). Nadie ha endeudado a España más que Rajoy que tiene la deuda pública cerca del 100% del PIB cuando la cogió en el 68,5%.

Mientras tanto, varios juzgados han encontrado fundados indicios de pagos con dinero negro en el PP en cinco comunidades autónomas: Valencia, Baleares, Galicia, Castilla-La Mancha y La Rioja, tal y como afirmó Bárcenas. Se sumarían a la gran caja B del PP nacional. Allí donde investiga la justicia encuentra esa mugre.

Depositar una papeleta en la urna tiene consecuencias como es lógico. Se avalan actuaciones políticas. En el caso de las delictivas o desalmadas, se actúa de cómplice. La corrupción que nos rodea requeriría que para votar se exigiera, además del DNI, un certificado de ética, siquiera de decencia.”

O QUE EL VOTANTE DECLARASE, ALTO Y CLARO, PREVIO PASO POR LAS URNAS, SI AÚN EL PREFIERE ENJAEZARSE A LA CARROZA BORBÓNICA A MODO DE JAMELGO, O PREFIERE VIVIR EN UNA SOCIEDAD SALUDABLE, LIBRE DE CADENAS.


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