Titular notícies
José Luis López Bulla EL ESTADO ISLÁMICO, CATAR Y EL BARÇA
José Luis López Bulla

El CF Barcelona está financiado por Catar como es sabido. Catar, por su parte, financia al Estado Islámico, que es algo que no se sabía a ciencia cierta. Esto último lo dieron por bueno dos periodistas deportivos en la tertulia diaria de Josep Cuní (8tv) ayer mismo: Enric Bañeres  (Mundo deportivo) y Josep María Pou (RAC1).  En definitiva, el cuchillo que degüella personas en nombre del Estado Islámico está financiado por el mismo dinero que paga a las estrellas del Barça.


Desde hace más de sesenta años tengo una relación emocional con el FC Barcelona. El origen de ese vínculo está en mi niñez en Santa Fe, capital de la Vega de Granada. Mi tíaAngelicas había estado en Barcelona a principios del siglo (XX). Yo le preguntaba que cómo es Barcelona. Su respuesta me escandalizó: «Mucho más grande que Santa Fe». Cayó mi primer mito: Santa Fe no era lo más grande del mundo. Entonces, de manera oportunista a mis ocho o nueve años, decidí hacerme de Barcelona. Y, de ahí, ayudado por la vistosa camiseta del Barça, pasé a militar con otros niños del pueblo en la afición al equipo de Velasco, todavía no jugaba Ramallets. Naturalmente ayudé a crear otros mitos: Velasco era el mejor portero del mundo, a pesar de que ninguno de nosotros no había visto a ninguno. Y César, al que llamábamos el Pelucas, era el mejor rematador del mundo; tampoco vimos jugar a ningún delantero del mundo. Tamaños delirios se consolidaron en el tiempo, aunque disfrazados con el tiempo de una aparente racionalidad. Mi padre Pepe López, un nacionalista particular, era partidario del Bilbao porque –decía orgulloso--  que no tenía extranjeros en su equipo.


Conclusión, quien diga que yo soy barsófobo miente. Puedo probar lo contrario sacando a relucir mi biografía como militante del FC Barcelona. Lo seguí siendo a pesar del desaire que la mayoría de sus futbolistas le hicieron al presidente Mandela: Los mindunguis del Barça y Nelson Mandela. Por cierto, pocas voces –ni siquiera de la izquierda--  me acompañaron en esta queja. Porque criticar al Barça es motivo suficiente para que uno sea acusado de antipatriota: extra Barça nulla salus.  

 

Que el Barça se nutra financieramente de Catar– incluso se está en negociaciones para cambiar el nombre del estadio por el de Catar--  va más allá del terreno deportivo. Por supuesto, la directiva del club está en contra de las tremendas actividades del Estado Islámico, pero ¿temen coincidir con ese parné con el que es financiado tenga el mismo origen que el que subvenciona asesinatos y tropelías? Más de uno, tal vez, concuerde con Vespasiano, el pragmático emperador romano, que deshizo los escrúpulos de su hijo, Tito, enseñándole que «el dinero no huele». Lo que es rotundamente falso: hasta la celda de mi convento llega la fetidez del dinero de Catar y, por supuesto, también el de las «tarjetas fantasma» de Bankia.

 

Habrá quien saque el ventilador y me interpele: «¿Y qué me dices de Florentino?». Respuesta: ¿A mí que carajo me importa Florentino? ¿Acaso los niños chicos santaferinos éramos de Florentino y sus franquicias? En resumidas cuentas, el Barça está dirigido en base a un doble discurso: una doble moral que se apoya en una doble contabilidad.

 

Delenda est directiva!


 

Últimes Notícies